Fútbol Americano
Rafael Ramos Villagrana | Enviado 8y

Messi, la esperanza argentina en la final ante Chile

EAST RUTHERFORD, NJ -- Argentina azuzada al extremo. Chile, motivado, al extremo. Y en medio la Copa América Centenario. Torneo oficializado por Conmebol ante FIFA.

El Estadio MetLife como escenario. Boletaje agotado. Un continente entero desespera en el balcón de la expectación.

"No podemos perder otra Final, no podemos perder una tercera Final consecutiva", dijo Gerardo Martino agitando la bandera de la urgencia para su Argentina, pero, muy en especial, para Lionel Messi, un hito y un mito en Barcelona, pero sin desfile aún en Buenos Aires. El Obelisco lo mira con desdén.

"Estamos confiados en ganar a Argentina, con todo y las estadísticas irrepetibles de Lionel Messi", simplifica Pizzi, sabiendo que la presión se sienta en el banquillo de enfrente. Él se balancea en la hamaca de la responsabilidad, pero no se sienta en la silla eléctrica de la obligatoriedad.

Argentina es más hoy que la que perdió la Final en Santiago ante Chile hace un año. Y es aún más que la Argentina que perdió la Final ante Alemania en el Marcaná.

Pero, eso, lo saben bien Pizzi y su legión, y Martino y su infantería, que no significa nada, porque Chile también ha evolucionado.

"No quiero comparar cuánto ha mejorado Chile respecto a Argentina, sino cuánto ha evolucionado Argentina respecto a Chile", dijo el técnico Martino. Este domingo lo sabrá.

Y Argentina sale acosada por el grito prominente, en decibeles, de Diego Armando Maradona: "Si no regresan trayendo la Copa (América Centenario), que ni regresen", dijo El Pelusa, él, quien nunca pudo ganar ese torneo para su país.

Pero, la incertidumbre en Argentina tiene otra piedrita en los botines: FIFA, justicia argentina, abogados, fiscales, persecuciones, estafas, fugas, y su presidente de la AFA acusado y recusado. Nunca es bueno tener una tormenta en casa cuando hay que preparar el arca para que surque el tsunami escarlata chileno.

Chile es el campeón vigente de la Copa América. Irá a la Copa Confederaciones, pero, además, podría jugar un trofeo especial ante el campeón de la Eurocopa.

Pero Juan Antonio Pizzi lo aterriza de manera inmediata. "Queremos ganarla porque en este momento le pertenece a Chile. Somos los campeones", ha dicho.

Y agrega sin resquemores: "Mantendremos la intensidad, la fuerza, el futbol, para ganarle a Argentina. Y usaremos las armas que sean necesarias para ganarle", y con esta última frase empezaron a despedirse de sus familiares las espinilleras argentinas.

Argentina lo sabe: entre la fuerza y la rudeza hay un espacio muy breve en una Final, y se llama intolerancia al adversario.

Chile puede ser exquisito con el balón, pero un tunante si el adversario lo reclama. No teme ni salir con cicatrices ni causarlas. Exactamente igual que los albicelestes.

Cuando Martino habla de haber mejorado después de la anterior Final ante Chile, habla de seguridad en el fondo, de mayor dinámica, y de un Messi más compenetrado y cómodo con el grupo.

"Creo que se siente tan a su gusto como en el Barcelona", dijo El Tata, y sabe que contar con Ángel Di María, un hombre que inquieta a Pizzi, le agrega un argumento amenazante a la jornada en la que busca la gloria para él como técnico y para Messi a nivel de selección.

Chile recupera a Arturo Vidal y a Marcelo Díaz. Pizzi los contempla, pero antes de organizar el cuadro, tirará las cartas el domingo por la mañana. ¿El Gato Silva o Gary Medel? Messi le obliga a contemplar variantes.

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