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River tuvo un debut extraordinario en la Copa Libertadores.

Rodrigo Mora, además de su golazo, pareció no sentir los efectos de la altura AP

BUENOS AIRES -- Hace pocos días fui a tomar un café a uno de los lugares más hermosos de Buenos Aires, el bar Felipe Ortiz, donde se reúne gente de la farándula, colectivos, taxistas y gente apasionada por el tango. Una flora apasionante y entre la cual me gusta andar, estar, amar...

De pronto, como si el tema hubiera superado a una milonga de Edmundo Rivero, mi entrañable amigo Marcelo Caruso, venía con una reedición de su excelente novela Los ojos de la intemperie, un clásico underground que ha sabido fotocopiar lo mejor del espíritu porteño.

La novelita fue editada por un editor atolondrado, especializado, de nombre extravagante, Matías Rek, y la editorial no se queda atrás, Milena Caserola. En fin, entre libros, entre vasos de ginebra y cantantes inspirados de tango, Marcelo soltó la primera bomba:

- Cucu, vos que escribís de fútbol. ¡Viste lo mal que están jugando los equipos argentinos en la Copa Libertadores! A River y a San Lorenzo les empataron sobre el final de los partidos. Boca no da pie con bola y los demás directamente caen o goleados o fácilmente superados... No sé en qué anda Huracán, mi club...

- Sí, tenés razón Marcelito querido, pero River y San Lorenzo al final lograrán imponer su juego.

- ¿Vos pensás?

-Seguro, Marcelito... Siempre es así, aunque parezca una frase hecha los equipos con mayor historia en un momento de la competencia sacan diferencias.

- Yo recuerdo otras competencias en las que River y Vélez y demás equipos arrasaban directamente con sus rivales paraguayos, brasileños y mexicanos. No existía esta incertidumbre que hay ahora. No nos olvidemos de Boca...

- Bueno, pero esto recién comienza, Marcelito...

- Es cierto, todavía falta mucho. Pero siento que los equipos argentinos no se encuentran cómodos, sus rendimientos bajos hacen que no jueguen con la mayor libertad.

- Ya no hay tantas diferencias entre el fútbol argentino y los demás equipos... Ahora, de cierta manera, el rendimiento es parejo y de pronto terminan imponiéndose las individualidades.

- Algo parecido le pasa al Barsa...

- Sí, sus individualidades ganan los partidos...

Y nos dedicamos a brindar por la salida de su libro, una novela urbana genial, altamente recomendable que transcurre en las aventuras de los habitantes de un conventillo.

Imagino que lo importante es lo que se dice en este bar, una angustia alegre. River jugó bien, pero ya sabemos que los argentinos no estamos preparados para ganar en La Paz. El tema de la altura no es un detalle menor y los jugadores se sienten ahogados y su cerebro no tiene la misma velocidad.

Ya sabemos, en el fútbol es imposible ganar si no te imponés en todos los sectores de la cancha.