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Los equipos brasileños en la Libertadores

Lucas Pratto y el colombiano Juan Cazares, figuras del Mineiro Instagram: @prattolucas12

BUENOS AIRES -- Un amor grande como Brasil, un amor infinito, un amor brasileño, eso le falta a los equipos argentinos para pasar de ronda. Y ese equipo es el San Pablo, un equipo de otro planeta, es decir un equipo de Brasil.

¿Será el rival de Boca? ¿Será el rival de Rosario Central? Ojalá que no. Porque si el San Pablo aparece en el camino de los equipos argentinos, no sé qué va a pasar con ellos. Calleri, si tiene que eliminar a Boca Juniors, se va a querer matar...

Así están las cosas, hay muchos sentimientos y sensaciones en común entre argentinos y brasileños. Y en esta etapa, la Copa Libertadores comienza a latir. Late sin cesar.

Y no es para menos, el fútbol brasileño es el mejor del mundo y nadie quiere enfrentarse ante él. Ni siquiera los equipos argentinos. Solo los uruguayos tienen el secreto para sacarle la victoria a los equipos brasileños. Aunque es cierto que, en los últimos tiempos, ese secreto no dio grandes resultados.

Los argentinos estamos demasiado unidos a los brasileños y casi de seguro, equipos de ambos países se verán las caras en las próximas fechas de la Copa. ¿Qué hacer? ¿Rezar? ¿Tratar de mejorar el juego? Es un verdadero enigma encontrar la clave para ganarle a los equipos del país tropical. Nadie puede.

Argentina, a través de sus equipos, necesita urgentemente ganar esta Copa. Pero para lograr ese objetivo debe pensar en buscar la forma de ganarle al San Pablo, al Atlético Mineiro o a otro equipo que siga en camino.

¡Tarea casi imposible!

Rosario y Boca, saben que, de pasar de ronda, les tocará un monstruo. No puede pensar en esto todavía, porque deben superar a sus rivales de momento. Por otro lado, los brasileños están tranquilos, saben que nos ganan. Pase lo que pase, el resultado se inclina siempre para su lado y eso le quita el sueño a los argentinos.

Por eso, para superar este duro escollo llamado Brasil, hay que tener un amor gigante por la camiseta, por el fútbol, por la entrega total. Un amor tan grande como el mismo Brasil. No hay otra forma, ya no alcanza con disciplina, un juego convincente, inteligencia. La parada nos pide algo más.

¿Qué es ese algo mas?

No lo sé, nadie lo sabe. Algo que salga de las tripas, poesía viva, frescura, dinámica y mucha fantasía. Solo con imaginación podremos ganarle a los brasileños. Imaginación y ser oportunos, hay un momento del alma brasileña en que, si no le va como desea, se pincha, se desinfla como un globo.

Debemos aprovechar ese momento de incertidumbre y darle el golpe final. Un instante psicológico, diría Freud. ¡Y sí, para qué negarlo! Hay que hacerles creer a los brasileños que somos mejores que ellos, que les ganamos seguro, hay que bajarles la moral, todas triquiñuelas ideales cuando el fútbol no aparece.