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La noche más larga de todas

JOHANNESBURGO (Enviado especial) -- Hay una imagen que sintetiza todo. Carles Puyol y Xavi Hernández pasan a las corridas por la zona mixta, chocando palmas, cantando "campeones, campeones, oe, oe, oe". El defensor, que no suele hablar después de los partidos, grita algo a la pasada. El mediocampista, botella en mano, es pura sonrisa.

La espera por los campeones se hacía larga. Al punto que la jefa de prensa del plantel, Paloma Antoraz, era la que ofrecía notas, en las que detallaba los próximos movimientos de los jugadores. Fue ella misma la que contó que la reina Sofía, el príncipe Felipe y la princesa Letizia estuvieron en el vestuario, al igual que Rafa Nadal.

Antes de la ducha, Joan Capdevilla se asomó por la puerta y le ofreció la Copa a los periodistas españoles que estaban en primer lugar. Todo un gesto.

Se hicieron desear, pero finalmente aparecieron. Fueron pocos los que se detuvieron a expresar sus sensaciones. El primero fue el capitán Iker Casillas que, con menos efusividad que la que mostró con su novia periodista Sara Carbonero, destacó la "humildad para llegar hasta aquí". Y aclaró lo del beso en cámara: "Ha sido espontaneidad, somos de la calle, gente normal".

Acercarle el grabador a Sergio Busquets no trajo los resultados esperados: estaba contestando en catalán. El Niño Torres gambeteó a la prensa, como lo hace con los defensores rivales. Piqué se justificó por una visible afonía.

Carlos Marchena destacó el "esfuerzo y sobre todo la solidaridad" que mostró el grupo conducido por Del Bosque. Hablando del técnico, debe ser el padre o el abuelo que cualquiera quisiera tener. Más allá que brinda conferencias, frena igual y habla con todos, responde siempre con corrección, en las malas o en las buenas como en esta conquista del 1º Mundial en la historia de España.

Capdevilla, ya sin la Copa en las manos, aseguró que el festejo fue "impresionante, con mucha cerveza en el vestuario". Evidentemente, no les preocupó no haber cenado.

Los más jóvenes metieron una pausa. "Ha sido una gran fiesta, una gran ilusión para todos nosotros y seguramente para el país también", declaró Pedro, quien le agradeció a sus amigos y a su familia, "que estaba en la grada apoyándome". Su reemplazante en la final, Jesús Navas, repitió la palabra "increíble" no menos de cinco veces. Es lógica su emoción, "es lo que siempre soñamos desde pequeños", confesó el delantero de Sevilla.

El más requerido por los "infiltrados" y periodistas cholulos fue Andrés Iniesta, quien no tuvo problemas en firmar autógrafos. El héroe de la definición se llevó varias palmadas, besos y abrazos desde el otro lado de la valla.

Cuando aceleraba el paso, llegamos a preguntarle a David Villa qué tuvo España para ser campeón. "Fútbol y ser nosotros mismos", contestó el Guaje. En una parada más adelante, agregó: "Tengo alegría y orgullo, me siento un privilegiado haciendo feliz a tanta gente. Esperemos que el vuelo se haga corto y llegar rápido a España para celebrarlo con todos".

El flamante delantero del Barcelona dio en la tecla. El plantel tenía que abandonar Sudáfrica en unos minutos, para llegar a Barajas alrededor de las 7 de la mañana española.

Por eso, la siempre amable Paloma voló junto a Sergio Ramos, al que le ofrecimos charlar brevemente a las corridas. "Ya hemos corrido demasiado", respondió sonriente el lateral del Real Madrid, que consideró que su país "se merecía un logro como este".

Camino a la salida, al pobre Cesc Fábregas prácticamente le arrancaron de la mano el celular por el cual charlaba con una radio en vivo.

Ya en el micro, post Mundial y levantado el veto del técnico, @Carles5puyol posteó una foto suya, dentro del vestuario con el trofeo, y dejó un mensaje en la reapaertura de su cuenta de Twitter: Campeones del Mundo!!gracias a todos por vuestros mensajes de ánimo durante este tiempo!!

Así vivieron los jugadores de España sus primeros minutos como campeones del mundo. Historias de una noche larga, que quisieran que no terminara nunca.

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