BUENOS AIRES -- El técnico de Argentina, Diego Maradona, tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia tras ser mordido en la cara por su perra, en su casa de las afueras de Buenos Aires.
El entrenador, de 49 años, quien fue operado con una microcirugía para reconstituir su labio superior, salió del Sanatorio Los Arcos en buen estado, según confirmaron dos recepcionistas del centro médico.
Uno de ellos, Ignacio Fabiani, indicó que en el sistema informático figuraba el alta del astro del fútbol. No pudo confirmar con quién había salido acompañado el seleccionador nacional.
De acuerdo con el parte médico divulgado por el sanatorio, Maradona está bien y que recibió "una cirugía reconstructiva de su labio superior".
Al recinto, cerca del cual se apostó un nutrido grupo de periodistas, acudieron su médico personal, Alfredo Cahe, y Dalma, la hija mayor del astro futbolístico.
Al parecer, Maradona estaba jugando con su perra de raza Shar-Pei en su casa de Ezeiza, en las cercanías de Buenos Aires, cuando le mordió en la boca, informaron medios de prensa.
Según los veterinarios, el perro Shar-Pei es un animal de combate y aunque se habitúa bien al ambiente familiar, desarrolla el instinto de pelea cuando se lo mira a los ojos, cara a cara.
Maradona ha sufrido diversas internaciones hospitalarias a lo largo de su vida y por distintas causas.
En marzo de 2007 fue ingresado en un sanatorio de la capital argentina por desorden alimenticio, según dijo en ese momento su médico personal, quien negó que la internación tuviera que ver con el consumo de droga.
Pero en abril de ese mismo año ingresó de urgencia a un hospital de la ciudad de Ezeiza por una reactivación de la hepatitis química sufrida y luego fue trasladado a un sanatorio de Buenos Aires.
En 2005, con más de 115 kilos (253 libras), Maradona fue intervenido de un "by pass" gástrico en Colombia, lo que le permitió perder bastante peso.
Un año antes también fue ingresado en un sanatorio de Buenos Aires porque sufrió un cuadro de neumonía.
En 2000 fue víctima de una crisis cardiaca en Punta del Este, Uruguay, y fue luego internado en Buenos Aires, en lo que se interpretó también como un incidente derivado de sus problemas con la droga.
Después viajó a Cuba para iniciar un tratamiento de rehabilitación en la Clínica de la Pradera.