Fútbol Americano
Jordi Blanco 8y

Luis Enrique se queda afónico cuando le preguntan acerca de Neymar

BARCELONA -- Hablar de Neymar se ha convertido en un 'deporte de riesgo' en el FC Barcelona. Por más que el delantero brasileño tenga plenamente decidido permanecer en el club azulgrana, cada vez que se menciona su nombre parece que haya tormenta.

Y así sucedió este sábado, cuando una pregunta a Luis Enrique provocó su silencio, entre bromista e incómodo, para no referirse a nada. "¿Crees que lo mejor para Neymar sería quedarse en el Barcelona para en el futuro llegar a ser el número uno?", le preguntó el periodista David Ibáñez, con una cautela y educación infinitas... Y el entrenador calló. Simplemente.

Hizo un ademán de mostrar su afonía y se le medio entendió que decía "me he quedado sin voz, ya es mala suerte", en una especie de respuesta bromista pero con el mensaje claro de no querer decir nada. Porque, ocupado en sus propios asuntos, Luis Enrique no entra a valorar nada que no sea de su gusto.

Da igual que el propio Neymar, o su entorno más próximo, se encargue de tranquilizar al barcelonismo desmintiendo informaciones que podrían hacer tambalear su idea. Y da igual, también, que el mensaje que se traslada desde los despachos del propio club llamen a la calma. Porque Luis Enrique va por libre.

El entrenador asturiano convierte cada rueda de prensa en un pulso con los informadores. Muchas veces responde de mala gana y otras, directamente, ni se digna a contestar la pregunta que considere fuera de su gusto.

No es una novedad. Y en su favor habría que recordar que él no ha variado ni un ápice su carácter o relación con los periodistas desde que llegó al banquillo azulgrana. Bueno, no... de hecho siempre mantuvo la misma tirantez, ya en su época de futbolista.

Cuando comenzó el año 2015 con una grave crisis deportiva que amenazó seriamente con llevárselo por delante, Luis Enrique mantuvo ese halo de frialdad con los periodistas. Y cuando los resultados catapultaron al equipo hacia el triplete siguió con esa relación tensa, casi de una enemistad manifiesta.

Amenazó, de alguna manera, con decir las cosas claras cuando acabara la temporada y, sin embargo, lo que hizo fue renovar su contrato y volver a dar esquinazo a los informadores, a quienes no ofrece tregua en esta enemistad que se sabe ya sin vuelta atrás.

Y en el caso de Neymar se vivió el último capítulo.

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