Fútbol Americano
Damián Didonato 8y

Los Clásicos de Johan Cruyff

BUENOS AIRES -- Johan Cruyff no sólo cambió la historia de Barcelona, sino también la del Clásico español. Hasta su llegada al club catalán en 1973, Real Madrid era amplio dominador del enfrentamiento, tanto por resultados en choques directos como también por conquista de títulos. El arribo del astro holandés sirvió para modificar la autoestima del Barça frente a su histórico adversario.

La historia del 14 con Real Madrid comenzó incluso antes que con Barcelona. Aunque sin que él lo supiera. En 1973, el fútbol estético y virtuoso de Ajax estaba en su apogeo. Había ganado las últimas tres Copas de Europa y la mayoría del equipo también descollaba en la Naranja Mecánica. Ese mismo año se abrieron las fronteras en el fútbol español y los grandes salieron a buscar nuevas estrellas. Entonces, Ajax negoció la venta de Cruyff con Real Madrid, que buscaba recuperar el brillo perdido tras el retiro de Alfredo Di Stéfano.

Los dos clubes habían llegado a un acuerdo y la transferencia estaba hecha. Pero no tenían en cuenta un detalle: la rebeldía de Johan. El Flaco se disgustó con la dirigencia y no aceptó ser transferido a la Casa Blanca. Allí fue cuando apareció Barcelona. Fue el futbolista quien insistió para que esa venta sí se concretara y, después de duras negociaciones, la entidad catalana pagó sesenta millones de pesetas y el dueño del Balón de Oro se vistió de blaugrana.

Aquel fue su primer gol contra el Madrid. El segundo lo convirtió en un partido que el pueblo culé recuerda como una bisagra en la historia. El 17 de febrero de 1974, Barcelona goleó 5-0 en el Santiago Bernabéu, la victoria más holgada de todos los tiempos en el Paseo de la Castellana. Juan Manuel Asensi abrió el marcador a los treinta minutos y nueve minutos después Cruyff anotó un gol que se puede ver en todas las antologías de grandes jugadas de la historia del Clásico. Era su segundo duelo contra el Real y ya había dejado una firma indeleble.

En 1975, Rinus Michels dejó su cargo de entrenador y Cruyff perdió buena parte de su motivación. No solo por la salida del DT que mejor lo entendió, sino también porque la derrota en la final de la Copa del Mundo de Alemania Federal caló hondo en su corazón. Aunque muchos creen que Michels fue el hombre que impulsó su llegada al Camp Nou, en realidad el principal responsable es Vic Buckingham, el hombre que lo descubrió en Holanda y que plantó las bases de la filosofía que aún hoy continúa Barcelona. Dicho esto, el alejamiento de Rinus no ayudó para que Johan mantenga su nivel. Todo lo contrario.

De todas maneras, el técnico holandés regresó un año después y Barcelona ganó 3-1 el primer clásico de la temporada 1976/77 y empató 1-1 el segundo. En ambos convirtió el mejor futbolista europeo de todos los tiempos. El saldo de Cruyff en Clásicos como futbolista es positivo: jugó ocho encuentros, de los cuales ganó cuatro, empató dos y perdió dos. Convirtió tres goles y ganó una Liga y una Copa del Rey en sus cinco años en la ciudad condal.

Tras un paso por el fútbol estadounidense, por Levante y el regreso final a Holanda, Cruyff decidió colgar la catorce y calzarse el buzo de DT. Sabia decisión de un sabio. Regresó a Barcelona a comienzos de la temporada 1988/89 y lideró una revolución que llega hasta nuestros días. Si su trascendencia como futbolista fue gigante, su legado como director técnico es incomensurable.

Desde el banquillo, vivió 16 Clásicos de Liga, de los cuales ganó siete, empató cuatro y perdió cinco. Otra vez, los números son positivos, pero no alcanzan para describir todo lo que significó su trabajo. Sin su trabajo durante aquellos años, Barcelona hoy no sería lo que es. A comienzos de la década del noventa, el club blaugrana ganó su primera Copa de Europa y desplegó un fútbol que enamoró por belleza y eficacia. Cruyff puso en el mapa a Barça y, quizás algo más importante: le quitó todo complejo de inferioridad con respecto a Real Madrid.

“Mi ídolo de siempre fue Di Stéfano, es el único al que he pedido un autógrafo en mi vida”, dijo alguna vez el hombre que será homenajeado a lo grande en el clásico del próximo sábado. Y resumió mejor que nadie la historia de uno de los enfrentamientos que hacen del fútbol el juego más importante del mundo.

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