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El Clásico de España en manos de Claudio Bravo y Keylor Navas

Getty Images

MADRID -- Los mejores arqueros de América, frente a frente en el Camp Nou. Claudio Bravo y Keylor Navas se han ganado el estatus de estrellas a pulso. Indiscutibles con los dos grandes de España e históricos con sus selecciones nacionales. En sus manos está el clásico del futbol español en que el Real Madrid visitará al Barcelona.

El guardameta culé, con sólo 17 goles en contra en la Liga, compite con el esloveno Jan Oblak (14) por el trofeo Zamora al arquero menos goleado del campeonato ibérico. Lo sigue de cerca el costarricense, con 24 goles encajados y quien se ha convertido en el héroe moderno del conjunto merengue.

FIGURAS EN CRECIMIENTO

Las exhibiciones de Claudio Bravo y Keylor Navas han resultado decisivas para sus respectivos equipos, afianzándose casi contra pronóstico en dos de las porterías más difíciles del planeta. Ambos llegaron a la elite en el verano de 2014 procedentes de dos equipos modestos del campeonato español -- de los que año con año se ven obligados a desprenderse de sus estrellas para tener liquidez. Y ambos fichajes generaron un mar de dudas; una cosa es destacar a media tabla y otra, muy diferente, ganarse la titularidad en Barcelona. O en Madrid.

Bravo fue traspasado a Barcelona a cambio de 12 millones de euros después de pasar siete años defendiendo la portería de la Real Sociedad. Casi al mismo tiempo, Barcelona anunció el fichaje de Marc-André ter Stegen; llamado a convertirse en heredero de Manuel Neuer y gran apuesta a futuro para el club catalán. El chileno, que acababa de cumplir 31 años, estaba condenado a la banca -- si acaso, a jugar la Copa. Pero el alemán se lesionó en pretemporada y Luis Enrique tuvo que confiar en Claudio Bravo para iniciar la temporada en Liga.

Pero en poco tiempo el chileno reclamó la portería como suya manteniéndose imbatido en los primeros ocho partidos que disputó como culé. De tal manera que a la vuelta del alemán, al entrenador no le quedó más que emular la salomónica decisión del rival: el alemán para Champions y Copa, el chileno para Liga. Bravo fue determinante para que Barcelona levantara el título de Liga. En 37 partidos solo recibió 19 goles, manteniendo la portería a cero en 23 ocasiones.

Bravo, el ‘refuerzo’ de seguridad para la banca, acabó proclamándose el jugador que más títulos conquistó en aquella temporada: Champions League, Copa del Rey, Liga, Supercopa de Europa y Copa América con Chile.

Para la campaña 2015 – 2016, Bravo ha repetido como arquero elegido en Liga, pese a que estuvo todo septiembre fuera por lesión, y disputó también el Mundial de Clubes manteniendo el mismo nivel de juego que hizo el triplete: sólo 18 goles encajados en todas las competiciones y con 15 partidos de 29 disputados manteniendo la puerta a cero. Con Bravo bajo los palos, Barcelona sólo ha perdido un partido en toda la campaña, una derrota por 2-1 ante Sevilla del pasado 3 de octubre -- la última que ha sufrido el cuadro culé en todas las competiciones.

Sus números superan los de Keylor, aunque no por mucho. Keylor Navas, con 24 goles encajados en 28 partidos de Liga, se mantiene como el tercer portero menos goleado de la Liga con un promedio de 0.86 tantos por encuentro, mientras Bravo mantiene una media de 0.65 goles por partido. Casi a la par, Keylor se ha mantenido imbatido en 16 encuentros de 28 en total, diez en Liga y Seis en Champions, competición en la que está a 133 minutos de imponer una marca de imbatibilidad. Además, ha registrado 143 paradas por 74 del chileno, de acuerdo a las estadísticas de la Liga.

Keylor, que llegó a Madrid el mismo verano que Claudio fue fichado en Barcelona, es también un héroe igual de improbable y mucho más dramático. Navas se convirtió e el portero más caro de la historia del Real Madrid después de que el club pagara 10 millones al Levante por su traspaso. Llegó en una época convulsa para el club. Debía poner fin al debate en la portería generada por la competencia entre Diego López e Iker Casillas y que dejó aún más desgastada la relación entre el antiguo capitán, la grada y la directiva. EL papel de Keylor quedó claro desde el inicio: Carlo Ancelotti decidió respetar la jerarquía de Iker y apenas disputó 11 partidos en toda la campaña.

Pero Keylor había llegado a pelear por un puesto y dio grandes actuaciones en las pocas oportunidades que tuvo manteniendo la puerta a cero en cinco ocasiones -- casi la mitad de los partidos que disputó -- y encajando sólo ocho tantos, tres en Liga y cinco en Copa. Para 2015-2016 y con Casillas fuera del panorama, el tico asumió los galones de arquero titular pese a un comienzo de temporada particularmente difícil para él: durante meses, el Madrid estuvo esperando a la última hora del mercado para hacer su oferta por David de Gea, arquero de la selección española.

Keylor, moneda de cambio, esperaba noticias mientras firmaba un contrato con el Manchester en un avión. Pero bendito fax -- dirían los madridistas -- los documentos no llegaron a tiempo. Para entonces, Keylor ya era aclamado en el Bernabéu como el jugador que mantenía a flote a un equipo que se caía a cachitos.

CON EL PESO DE LA RESPONSABILIDAD

Ambos arqueros llegan al clásico en su mejor momento y después de haber superado duras pruebas para demostrar que tienen el temple para defender sus respectivas camisetas.

Aún así, ninguno de los dos sabe qué le depara el futuro. Bravo, que termina contrato en 2018, cumplirá los 33 este año y no está contento con la situación: quiere jugarlo todo, sobre todo la Champions. Ter Stegen amenaza con irse pues no se considera jugador de 20 partidos por campaña. Alguno de los dos tiene que abandonar la institución que ya coquetea con Thibaut Courtois. Keylor, el nuevo ‘santo’ de las gradas, no lo es tanto para su presidente, que se empecina en tener al futuro de España (De Gea) en sus filas. O a Courtois, en su defecto. Mientras tanto, jugarán el próximo clásico como si fuera el último.