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Sobresaliente séptimo título de Luis Enrique con Barcelona

BARCELONA -- Siete títulos en dos temporadas, para igualar el palmarés que consiguió Pep Guardiola en sus dos primeros cursos como entrenador del Barcelona, resaltan ya el palmarés azulgrana de un Luis Enrique que en el Vicente Calderón demostró una excelsa gestión desde el banquillo.

Si a este Barça se le ha destacado durante el último año y medio a través de los goles y trascendencia de la MSN, la final de Copa colocó en el plano la capacidad de sufrimiento y trabajo de todo el equipo. Y, también, el acierto en la toma de decisiones de su entrenador.

Suárez se lesionó, Neymar, cosido a faltas, trabajó a destajo pero brilló lo justo y Messi se sacó de la chistera dos asistencias mágicas poniendo, junto a Iniesta, la pausa cuando fue necesario... Pero el tridente mágico no sacó esta vez en conjunto las castañas del fuego y el colectivo acudió al rescate de un Barcelona sufridor, entregado a la causa y dirigido desde la banda con maestría.

"Es el partido en el que hemos tenido que tomar... y no tomar más decisiones", descubrió en la rueda de prensa posterior a la final Luis Enrique, quien anduvo paciente tras la expulsión de Mascherano y no varió el dibujo de su equipo hasta la segunda mitad con la entrada en escena de Mathieu.

El zaguero francés, enorme en la compañía de Piqué atrás y desbocado a la hora de sumarse al ataque en cabalgadas sorprendentes, cumplió a la perfección las consignas de su técnico, quien ante la lesión de Suárez o los problemas en imponer la personalidad propia del Barcelona trasladó un cambio de traje a la postre definitivo.

"Este grupo no puede demostrar más carácter y personalidad. Este título es un justo premio para un equipo que está hecho para atacar, pero que cuando ha tenido que defender ha competido y ha sabido jugar al futbol", resumió el técnico asturiano, dando a entender que sus hombres, en el Calderón, supieron adaptarse de manera excelsa a la exigencia que planteó el Sevilla.

"Este equipo se puede adaptar a cualquier partido con cantidad de recursos. A mis jugadores les felicito porque no son sólo muy buenos con el balón. También lo son sin balón", explicó Luis Enrique, quien trasladó al césped su indudable carácter ganador, por encima de la excelencia de un juego determinado que, manteniéndose firme en el club, es permeable a otras facetas.

Cuatro títulos, como recordó en tono de guasa el técnico para quienes siguen y se mantienen firmes en el discurso del doblete, ha conquistado el Barcelona en una temporada cerrada ante el mismo rival con el que la abrió, sufriendo lo indecible y ganando en la prórroga.

Y con un entrenador que, ya entre los mejores en cuanto a la conquista de títulos, supo ganarse a los pocos que pudieran dudar de él.