Fútbol Americano
Jordi Blanco, ESPN Digital 8y

Sergi Roberto brilla como un 'todoterreno'

GIJÓN -- Luis Enrique sigue a la suya en cuanto a la gestión de la plantilla en este inicio de temporada y frente al Sporting, en El Molinón, presentó su sexta alineación distinta en seis jornadas de Liga.

Y quienes pudieran haberle señalado por considerar fuera de lugar sus cambios debieron guardar sus reproches para mejor ocasión, tal y como ocurriera la semana anterior en Leganés, después de contemplar como el once que dispuso en Gijón respondía a las mil maravillas.

El Barça aplastó al Sporting con un resultado quizá engañoso y que se hizo visible en un final de vértigo, cuando los asturianos ya estaban en inferioridad por la expulsión de Lora… Pero la superioridad con que ganó el partido el campeón, más allá del juego, fue indudable.

El entrenador asturiano marchó de su casa con una inyección de autoestima, con la demostración de tener la razón de su lado ante quienes le pusieran pegas de cualquier tipo por los fichajes y poniendo sobre la mesa una realidad incuestionable: el Barcelona tiene un monumental equipo pero, también, una plantilla excepcional.

Se aventuraba un examen el primer partido sin Messi como para que Luis Enrique se pusiera a experimentar. Se daba por hecho que, en este primer día, el entrenador dispondría de un once con galones, con Iniesta y Rakitic, con Mascherano y Alba y dejando solo la duda en la sustitución de Leo propiamente dicha…

Y todo saltó por los aires 40 minutos antes de comenzar, cuando se conoció la revolución dispuesta por el técnico, que apartó a los intocables y le dio cuerda a secundarios con hambre de hacerse indispensables.

Al acabar el partido nadie se acordó de Jordi Alba, nadie echó de menos a Mascherano, nadie preguntó por Iniesta y nadie, tampoco, añoró a Rakitic. Porque cumplió con sobriedad Mathieu, brilló Digne, gustó André Gomes y se exhibió Rafinha para dar la razón a Luis Enrique y silenciar a quienes siguen, que los hay, esperando cualquier tropiezo para señalarle sin disimulo.

SOBERBIO

Entre tanto cambio, entre tanta novedad, sin embargo, hubo un nombre que se destacó de sobremanera. De una forma excepcional Sergi Roberto completó probablemente su mejor actuación como lateral, como extremo, interior y todocampista.

Existían dudas acerca de la trascendencia de Sergi Roberto en la banda derecha de la defensa hasta que en Gijón demostró no solo su fiabilidad en la zaga, sino, más aún, su poderío en los esquemas del equipo azulgrana. Esperando a ver si

Neymar ocuparía el trono del Barça en ausencia de Messi, fue el catalán quien se llevó todas las portadas del partido.

Asistente por partida doble con centros medidos, perfectos y excepcionales, fue el dueño absoluto de su banda, pudiendo Alcácer marcar otro gol (se estrelló contra el travesaño) en un centro suyo después de que provocase la expulsión de Lora en una de sus numerosas y brillantes internadas.

Puede considerarse exagerada la goleada pero, para nada, puede ponerse en sospecha la victoria, clara, del Barcelona, que ha marcado 10 goles en sus dos últimas salidas y suma 18 en los cuatro últimos partidos.

Seis jornadas y seis alineaciones distintas. Esta es la realidad del Barcelona de Luis Enrique, que un miércoles puede dejar fuera de la convocatoria a Rafinha para convertirle en el timón del equipo el sábado siguiente y devolver al centro de la zaga a Mathieu.

El campeón es un grupo en crecimiento que, valga la redundancia, crece a pasos agigantados en cuanto a la trascendencia de todos sus jugadores. Bueno, no todos, claro. Aleix Vidal se quedó por cuarto partido consecutivo fuera de los planes del entrenador para ser la excepción que confirma la regla.

Habrá que ver, en el futuro inmediato, cómo gestiona Luis Enrique la ausencia de Leo Messi pero, tras lo visto en Gijón no es descabellado intuir que el Barcelona está preparado para sobrevivir a la lesión de su estrella.

Aunque todo el mundo, obviamente, le eche de menos.

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