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Pan para hoy y pan para mañana

Getty Images

LILLE -- El director técnico de Irlanda, Martin O´Neill, tomó el podio para su conferencia de prensa mientras seguía sonriendo de oreja a oreja.

Su pecho estaba inflado, casi que retando a los periodistas a hacerle la primera pregunta.

“Cuando vimos el sorteo de nuestro grupo inicialmente, sabíamos que iba a ser muy duro”, declaró O´Neill. “Nadie confiaba en nosotros”.

Irlanda clasificó de manera agónica a los octavos de final con un gol de Robbie Brady a cinco minutos del final del partido ante Italia.

Su rostro empezó a ponerse algo colorado, y el entrenador estaba visiblemente emocionado.

“Me emociono porque nunca he estado tan orgulloso de un grupo de jugadores”, continuó O´Neill. “Elegí a estos jugadores porque veía un grupo muy unido, y hoy nunca dejaron de pelear aun cuando la situación estaba más fea”.

La cosa no se pondrá más fácil en la etapa eliminatoria, considerando que Irlanda enfrentará al anfitrión Francia el domingo en Lyon.

“Será una muy linda prueba para nosotros y estoy seguro que estaremos a la altura”, dijo el confiado técnico irlandés.

El héroe de la noche hizo eco de la confianza de su técnico.

“Conocemos a algunos de sus jugadores de la Premier League”, agregó Brady. “Vamos a tener que trabajar, pero estamos convencidos de que si estamos en nuestro día le podemos hacer daño a cualquiera”.

Su gol hizo delirar a miles de fanáticos irlandeses, y luego de cabecear a la red, pasó por detrás del arco bordeando la tribuna con sus ojos fijos en sus simpatizantes.

“Es un momento que nunca me voy a olvidar, es increíble ver lo que generas en tanta gente”, explicó Brady. “Es el tipo de momento que uno sueña, y por eso me dejé llevar en el festejo”.

Irlanda está un proceso de transición y recambio en los últimos dos minutos, a tal punto que el máximo goleador internacional de la presente Euro, Robbie Keane, ni siquiera ingresó en este partido decisivo.

Martin O´Neill apostó a los jóvenes para el partido más importante, y los chicos les respondieron con creces para conseguir apenas la segunda victoria irlandesa en la historia de la Euro --la primera desde 1998-- y así completar el póker británico, dado que también clasificaron Gales, Inglaterra e Irlanda del Norte.