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Gales culminó ante Bélgica una actuación histórica

LILLE -- La espera valió la pena para Gales.

En 1958 cuando llegaron a los cuartos de final en el Mundial de Suecia, los principales periódicos tenían al cricket como su noticia de portada.

Eso no pasará mañana. Todo Gales está celebrando esta actuación histórica de su selección, y seguramente lo seguirán haciendo por mucho tiempo.

En su primera participación en la Eurocopa, Gales liquidó a Bélgica por 3-1 y se metió entre en los cuatro mejores.

La historia no comenzó para nada bien para los galeses que se vieron apabullados por el ritmo inicial de los belgas, hasta que Radja Nainggolan clavó el primer gol del partido a los 12 minutos del primer tiempo con un derechazo tremendo desde 27 metros.

La contundencia era la única cuenta pendiente de esta Bélgica y con el gol tempranero, el peor escenario posible era realidad para Gales.

Pero al igual que lo hicieron a lo largo de todo el campeonato, el equipo galés no se achicó y respondió ante la ocasión.

A veces con más corazón que fútbol, pero ese espíritu de lucha significó que ganaron todas las pelotas divididas y lentamente fueron inclinando la cancha a su favor.

Aliados también por el hecho de que Bélgica increíblemente se metió atrás, Gales comenzó a tener la pelota.

E hicieron daño atacando a los dos jóvenes belgas que fueron insertados hoy en la alineación y apenas tenían 11 partidos combinados entre ambos.

Esa falta de experiencia de Jordan Lukaku y Pierre Denier se notó a la legua. Los jugadores de Gales tenían todo el tiempo del mundo para recibir y girar, y comenzar a hacer daño por el lazo izquierdo de la defensa belga.

Y justamente en una desconcentración de estos dos jóvenes en un corner, llegó la igualdad de los británicos.

El capitán Ashley Williams, quien se pensaba no jugaría por una lesión en el hombro, fue dejado en completa libertad y cabeceó solo a la red.

Jordan Lukaku y Denier se miraban apuntándose dedos, pero el daño ya estaba hecho.

Las gradas se querían caer y los clásicos cánticos tenían dedicatoria especial: “Es para Inglaterra que lo mira por televisión”.

Fue justamente Inglaterra el último equipo de las islas británicas en llegar a semifinales de una Eurocopa en 1996. O mejor dicho era.

Aaron Ramsay jugó un partidazo y fue fundamental también en la levantada galesa, que incluso mereció algo más en la primera mitad.

El complemento inició igual que la primera mitad, con Bélgica retomando el protagonismo y generando peligro por la derecha, con su lateral derecho Thomas Meunier, quien fue posiblemente el arma más punzante del equipo que hoy hizo de local porque Lille está apenas a 10 millas de su país natal.

Aunque ni el público ni nadie iba a frenar a Gales hoy, era su destino.

Y fue Hal Robson-Kanu el que hizo delirar al león rojo, con un enganche de novela que hizo pasar a tres belgas al mismo tiempo para quedar mano a mano con Courtois y darle la ventaja a Gales.

Un golazo que no ha hecho nunca en su vida el hombre que fue liberado por el Reading, pero que hoy era su día.

Bélgica intentó empujar pero sin ideas y Gales estaba bien plantado, pero si hacía falta un final aún más perfecto para este cuento de hadas, llegó mediante un cabezazo fantástico de Sam Vokes para sentenciar el 3-1.

La única mala es que Ramsay se perderá las semifinales por haber acumulado su segunda tarjeta amarilla, pero hoy será todo delirio en Gales.

Hoy fue la noche más importante de la historia del fútbol galés.

Mañana las tapas de los periódicos serán todas de ustedes.