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El desencanto del anfitrión francés que intentó cambiar su historia

PARÍS -- Todo estaba a pedir de boca para Francia.

El Stade de France estaba colmado, la selección había dejado el drama de años recientes atrás y el rival de turno parecía ser inferior en los papeles.

Había una conexión entre este equipo y el país.

La unión del grupo era palpable y tanto los jugadores como los hinchas admitieron en reiteradas ocasiones que un título sería una buena manera de terminar de dar vuelta la página a los horribles atentados sufridos en París en noviembre pasado.

No pudo ser para Francia, que en el escenario más importante, se achicó ante la ocasión.

Porque si bien hay mucho mérito de Portugal, la realidad es que los galos fueron un equipo con una carencia de ideas alarmante.

“Si bien estábamos un poco cansados, no puede ser excusa”, admitió el director técnico Didier Deschamps. “Tuvimos nuestras oportunidades y no las aprovechamos”.

La más claro estuvo en los pies de André-Pierre Gignac, quien al minuto 90 estrelló un derechazo contra el palo.

“Todo se define en los pequeños detalles”, continuó Deschamps. “Dimos todo hoy, pero no pudo ser para nosotros”.

La realidad es que a excepción de Moussa Sissoko, quien hoy fue el mejor de los galos, y de Hugo Lloris, los nombres grandes de Francia no aparecieron.

Quien fue la figura del campeonato para ellos, Antoine Griezmann, tuvo un mal partido; poco protagonismo y apenas un cabezazo que tapó Rui Patricio.

Dimitri Payet, como a lo largo de gran parte del torneo, fue intermitente y Paul Pogba no hizo nada para justificar los 100 millones de dólares que se pretenden pagar por su pase.

Es cierto que si uno tiene en cuenta el pasado tumultuoso de la selección francesa, esta tiene que ser considerada una buena actuación.

Pero la oportunidad era inmejorable, y eso les va a dejar un sabor amargo de boca que durará por mucho tiempo.

Porque si bien parecen tener una base sólida, tras cierto recambio generacional, para incluso ser protagonistas en Rusia 2018, hoy fallaron la prueba del carácter.

Y a veces eso termina pesando más que el talento puro. Quedará por verse cómo reacciona Francia luego de este cachetazo.

“Tiramos a la basura una oportunidad de ser los campeones de Europa”, concluyó Deschamps. “Es una decepción enorme, desperdiciamos una gran oportunidad”.