Fútbol Americano
Nick Miller 8y

El fracaso de Radamel Falcao daña aun más la reputación de Mourinho

LONDRES -- Bueno, parece que la breve y extraña carrera de Radamel Falcao en el Chelsea está llegando a su fin. Según los reportes, el club está considerando ponerle un final prematuro al préstamo de temporada completa que recibió del Mónaco para el delantero colombiano, y se han corrido rumores de que el Valencia podría estar interesado en incorporarlo en enero.

Desde que se unió al Chelsea en el verano, Falcao solamente fue titular en un partido de liga y una vez más en la Capital One Cup, con otros 124 minutos repartidos en ocho partidos como suplente. Marcó un gol; un remate de cabeza en la derrota por 2-1 ante el Crystal Palace en agosto. No está disponible desde principios de noviembre, con lo que José Mourinho ha descrito, en términos inquietantemente vagos, como "una lesión muscular importante".

Fue un gran riesgo para Mourinho y el Chelsea incorporar a Falcao, por decir lo menos, después de una campaña en Old Trafford en la que se había visto severamente limitado por lesiones y condiciones que dejaban mucho que desar. Vamos a ser caritativos y describiremos su temporada como: "sin éxito". Sin embargo, condenarla por completo ahora dejaría las cosas fuera de perspectiva, ya que tenía cierta lógica en su momento.

Hubiera sido prematuro descartar a este jugador sobre la base de una mala temporada, cuando previamente había sido semejante monstruo, un delantero con habilidades y condiciones físicas privilegiadas, quien en su mejor momento no podría haber sido más adecuado para los rigores de la Premier League. Falcao sólo fue fichado como un suplente, como un plan B o C al cual poder recurrir cuando Diego Costa no estuviera disponible y Loic Remy fuera inadecuado. En el verano, habría sido fácil justificar el movimiento como una situación en la que Mourinho no tenía nada que perder: si funcionaba, sería un genio por haber recuperado a Falcao de la (relativa) pila de descartes. De lo contrario, todos se encogerían de hombros y dirían que hicieron el intento sin haber sufrido ningún daño.

El problema es que la segunda parte de esta premisa se basaba en el supuesto de que, por lo demás, las cosas irían de mil maravillas, con Costa marcando los goles que lo convirtieron en uno de los mayores irritantes de la Premier League la temporada pasada -- y no sólo por sus travesuras sin el balón. Pero así las cosas, el Chelsea se encuentra tres puntos arriba de la zona del descenso. Después de 12 partidos, Mourinho ha perdido más encuentros (siete) que nunca en una temporada completa, mientras que Costa solamente ha sumado dos goles en 10 partidos como titular.

También existía el elemento del "aura" de Mourinho, que le proporcionó cierta credibilidad a la incorporación. A menudo se dice que si uno hace una declaración con suficiente confianza, aunque sea falsa y absurda, tendrá credibilidad. Antes de esta temporada, Mourinho se apoyaba mucho en esta confianza, de manera que, combinada con su historial, todas sus acciones llevaban cierto peso. Si Mourinho hace un fichaje o una declaración que parece absurda, al menos debe tener algo de lógica y el resto de nosotros debemos estar pasando algo por alto, ¿verdad?. Algo así como un truco mental Jedi, pero en lugar de Obi-Wan Kenobi diciéndoles a los Stormtroopers que éstos no son los androides que están buscando, Mourinho miró al mundo a los ojos y nos dijo que Falcao todavía era un delantero viable para la Premier League.

Para la mayoría de la gente, Falcao parecía terminado en el United, una sombra bastante triste de un gran delantero, que daba vueltas tratando de recordar cómo marcar goles. El United decidió apostar por un delantero que recientemente había sufrido una lesión importante en la rodilla, y perdió la apuesta. ¿Entonces por qué, con esta información disponible, Mourinho decidió correr un riesgo aun mayor?

Existen teorías de conspiración --tal vez con cierta justificación-- de que Mourinho simplemente le estaba haciendo un favor a Jorge Mendes, su agente y el de Falcao, con algo más grande en mente como objetivo final. Sin embargo, uno se pregunta si alguien como Mourinho ficharía a un jugador como Falcao, quien en teoría podría haber descansado con un par de lesiones en la línea de ataque, sólo para rascar la espalda de su agente.

Además, está la cuestión quién es el que en realidad decide los fichajes en el Chelsea, pero Mourinho al menos tiene bastante peso en los movimientos significativos. Así que si suponemos que trajo a Falcao porque realmente pensaba que el delantero sería útil, y con una retrospectiva importante, ¿podemos ver esto como la primera señal de que Mourinho está perdiendo su aura inquebrantable y su juicio impecable?

La teoría de que las terceras temporadas de Mourinho en cada club son un fracaso en realidad no resiste mucho escrutinio, pero no cabe duda de que incluso un DT como él podría tener problemas para transmitir su mensaje después de cierto período de tiempo. El gran DT húngaro Bela Guttman famosamente describió la tercera temporada en un club como "fatal", mientras que los comentarios de Didier Drogba en su próxima autobiografía parecen respaldar la idea de que el impacto de Mourinho tiende a desvanecerse.

"Creo que las cosas a menudo vienen en ciclos de tres años, [y] habíamos llegado al final de dicho ciclo", escribió Drogba. "Para el inicio de la cuarta [temporada] con José a cargo, creo que empezamos a llegar a un punto en el que a veces era difícil que llegara su mensaje. Queríamos escucharlo, lo intentábamos, pero de alguna manera habíamos perdido un poco de lo que nos hacía especiales".

Mourinho aún no ha llegado al final de su tercera campaña de vuelta en Stamford Bridge, pero cualquiera que haya visto al Chelsea esta temporada podría ver evidencias de las palabras de Drogba. El Chelsea luce como un equipo al que su DT no puede llegar, y tal vez esto se extienda a su capacidad de identificar correctamente a un jugador. O, al menos, apunte a una incapacidad para detectar cuándo uno está en declive.

De todas las cosas que han ido mal en el Chelsea esta temporada, el aparente fracaso de la operación de Falcao se encuentra bastante abajo en la lista, pero quizá sea el símbolo de un DT cuyos poderes se están debilitando. No es necesariamente un problema significativo en sí mismo, sino una representación de cuestiones más amplias y más grandes. Al final, el fichaje de Falcao podría llegar a compararse con uno de esos primeros temblores distantes previos a un terremoto, temblores que no se percibieron hasta que la casa se vino abajo.

Nick Miller es escritor de fútbol para ESPN FC, The Guardian, Eurosport y una serie de otras publicaciones. Síguelo en Twitter @NickMiller79.

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