ROMA (ANSA) - Los hinchas de Lazio volvieron a dar una muestra de intolerancia al proferir insultos racistas contra el zaguero franco-senegalés Kalidou Koulibaly en la derrota de su equipo frente a Napoli por la vigésimotercera fecha. Una situación que obligó al árbitro del partido Massimiliano Irrati a suspender el partido durante cuatro minutos en el estadio Olímpico de Roma, donde Napoli consolidó su liderazgo al imponerse por 2-0 con otro gol del argentino Gonzalo Higuaín.
Si bien no es nuevo que se entonen cánticos discriminatorios en ese escenario cada vez que alguno de los equipos de la capital enfrenta a Napoli, no deja de asombrar la estupidez de algunos aficionados.
"Hay que felicitar al árbitro porque la situación era por demás embarazosa", reconoció Maurizio Sarri, DT de Napoli que hace pocos días quedó en el ojo de la tormenta por insultos homófobos a su colega Roberto Mancini de Inter.
Superada aquella tormenta con las aclaraciones del caso y las disculpas ofrecidas y aceptadas, este miércoles los protagonistas fueron los aficionados de Lazio, cuyo núcleo más radicalizado suele estar emparentado con la derecha más recalcitrante de Italia.
"La verdad es que todos nos sentimos hoy incómodos y molestos por lo que debió vivir Koulibaly", comentó Sarri, quien dijo haber conversado con el defensor tras el partido y lo notó "tranquilo, pero amargado por lo sucedido".
El jugador no fue el único blanco de los insultos, pues la Curva Norte de Lazio también entonó a coro el tristemente conocido cántico que reza: "Oh Vesuvio, lávalos con fuego", que hace referencia al volcán napolitano.
Un coro que se hizo escuchar antes del inicio del partido, mientras que los insultos a Koulibaly se registraron a los 67' de juego de un partido que para entonces ya estaba liquidado en favor del visitante.
"Mis felicitaciones a Irrati. Dio una respuesta adecuada al suspender el partido, lo que está previsto en el reglamento", comentó Marcello Nicchi, presidente de la Asociación Italiana de Arbitros (AIA).
Avergonzado se dijo el técnico de Lazio, Stefano Pioli, quien afirmó que "como hombre del fútbol creo que algunas personas no deberían poder ingresar a los estadios" y avaló la decisión del árbitro augurando "no se repitan estos hechos".
Lo sucedido ocurrió ante la atenta mirada del jeque Ahmad Al Sabah, de Kuwait, miembro del Comité Olímpico Internacional (COI) y del Comité Ejecutivo de la FIFA, presente en el estadio Olímpico de Roma.
Mala imagen se habrá llevado el jeque, íntimo amigo de Michel Platini, que respaldó públicamente a su par de Bahrein Salman Bin Ebrahim el Kalifa, candidato en las elecciones del 26 de febrero que determinarán al sucedor de Joseph Blatter en el trono.