Fútbol Americano
Tom Marshall 8y

Por qué Matias Almeyda debe permanecer en Chivas

GUADALAJARA -- Objetivo, estrategia, tácticas. El mantra O.E.T. descrito en el reciente libro "Ganadores" del experto en comunicaciones, Alastair Campbell, por momentos podría parecer demasiado simplista, sin embargo, proporciona una herramienta interesante para analizar clubes de futbol.

Las mejores instituciones del mundo tienen un objetivo muy claro de lo que quieren alcanzar. Desarrollan estrategias de largo plazo que les ayuden a lograrlo, y, a partir de ahí, toman decisiones tácticas de corto plazo que alimenten las estrategias y el objetivo primordial.

Tomemos como ejemplo el Manchester City, desde que lo adquirió el Abu Dhabi United Group en el 2008.

-- Objetivo: Convertirse en parte de la élite europea ganando campeonatos nacionales y compitiendo regularmente en la Champions League, idealmente jugando futbol ofensivo.

-- Estrategia: Invertir dinero en la compra de jugadores, desarrollar nuevas instalaciones que respondan al elevado nivel de aspiraciones y contratar a los mejores en todos los niveles del club.

El resultado: El director de futbol Txiki Begiristain supervisó la construcción de la nueva infraestructura deportiva del Manchester City siguiendo el modelo vanguardista del Barcelona, en una antigua zona industrial abandonada en el extremo este del centro de la ciudad de Mánchester. Últimamente, el City ha ganado torneos nacionales (Premier League), y disputa regularmente la Champions League, y parece ser que esta semana se colocó la última pieza que faltaba en el rompecabezas: se dio a conocer que Pep Guardiola será el nuevo director técnico, a partir de la próxima temporada.

Esta historia de éxito demuestra la visión y capacidad de los propietarios del club para seguir una estrategia, incluso cuando las cosas no iban tan bien.

Pero este tipo de pensamiento, que establece objetivos, desarrolla una estrategia y luego toma decisiones tácticas, no se aplica únicamente a los superclubes del mundo.

Por ejemplo, el Santos Laguna, tal vez el club más avanzado en materia de organización de la Liga MX, también parece tener sólidos objetivos y estrategias.

-- Objetivo: Poner en práctica ideas vanguardistas y progresistas que le proporcionen al club ventajas competitivas para contender regularmente por títulos nacionales, contra instituciones de mayor renombre, facilitando de esta manera la expansión de su marca fuera de las fronteras de México.

-- Estrategia: Planificar meticulosamente el futuro desarrollando una red global de cazatalentos de jugadores, nuevos directivos potenciales y de personal en el interior mismo del club, así como tomando en consideración las mejores prácticas de los clubes de otras ligas.

El Santos no tiene la historia del Club América o de las Chivas, y no está ubicado en una ciudad importante, pero lo que sí tiene es la capacidad estratégica para vencer esos obstáculos de una manera clara y concisa. No todo ha sido un suave paseo para el Santos, pero cinco finales de la Liga MX y dos finales de la Liga de Campeones de la CONCACAF en los últimos seis años sugieren que la organización ha sido claramente eficaz en el cumplimiento de su objetivo como club.

La misma clara filosofía institucional no puede percibirse en las Chivas de Guadalajara. El objetivo es relativamente sencillo: competir regularmente por el campeonato de la Liga MX usando únicamente jugadores mexicanos e, idealmente, producir un equipo capaz de emular al campeonísimo.

Es un noble objetivo, pero en aquel entonces las Chivas era un club verdaderamente grande, según la mayoría de los indicadores.

Las Chivas, sin embargo, no han logrado acercarse ni remotamente a ese ideal. Casi todos sus problemas se derivan del hecho de no poder encontrar o ser fiel a una estrategia adecuada en el terreno deportivo de la institución.

Su estrategia ha danzado como un péndulo cambiante en intervalos regulares, y no ha sido posible mantener alguna a largo plazo. Claramente, nos da la impresión de que no existe una consistente línea de pensamiento de los directivos hacia abajo. Las Chivas han pasado por manos de grandes figuras internacionales, como las de Johan Cruyff, en donde fueron un lienzo en blanco para desmantelar y reconstruir a su placer, han estado bajo la batuta de directores mexicanos como José Manuel ‘Chepo’ de la Torre, Benjamín Galindo, Fernando Quirate y José Luis "Güero" Real, en donde la estrategia era mantener al equipo 100% mexicano.

En un minuto, el dueño Jorge Vergara nombra a un extranjero "el salvador del club", y al siguiente lo despide y lo sustituye con un mexicano, o con alguien que ya ha estado en el puesto. Por ejemplo, Cruyff. Vergara lo contrata y baña en alabanzas, en febrero de 2012.

"Él y su equipo tienen toda la libertad (de tomar decisiones) y todo mi apoyo para hacer las modificaciones necesarias", comentó Vergara en la presentación de Cruyff.

No fue cierto. Cryuff abandonó el equipo a los nueve meses de hacer cambios que no fueron del agrado de Vergara, a pesar de que la leyenda holandesa le explicara cuidadosamente que modificar el rumbo de un equipo que solo ha ganado tres títulos en su división en 45 años (67 temporadas), iba a requerir algo de tiempo.

"Lo único que se puede decir, es que las personas que están dirigiendo al club no lo están haciendo de la forma adecuada",declaró Cruyff en el 2013.

Pareciera obvio que cuando contratas a 22 directores técnicos en tan solo 13 años (desde que Vergara tomó la batuta), y el resultado se limita a una sola final de liga y el club se comienza a balancear en la cuerda floja hacia el descenso, significa que algo está tremendamente mal, especialmente si eres un club así de grande. Desde luego, ha habido momentos de gloria y aspectos positivos a raíz del Estadio Omnilife y la comercialización de las Chivas. El club se encuentra en una grave crisis: de acuerdo con estadísticas, las Chivas llevan tres años consecutivos ocupando el último lugar dentro de la Liga MX, sin contar a los Dorados de Sinaloa recientemente ascendidos.

Nada de esto es una coincidencia.

Los entrenadores José Luis Real, Xavier Azkargorta, Carlos Bustos, Juan Carlos Ortega, John Van't Schip y Matías Almeyda no tienen nada en común. Así que alcanzar el objetivo principal se convierte en una misión imposible cuando el club y todos sus integrantes jalan en direcciones opuestas y las estrategias cambian constantemente. En otras palabras, la situación de las Chivas no se debe a una secuencia de incidentes fortuitos; es el resultado de esquemas confusos que afectan a las transferencias entrantes, al estilo de juego y a las contrataciones clave del equipo técnico.

Lo cual nos trae al presente. Una vez más, las Chivas se encuentran en una pequeña crisis, con el joven director técnico argentino, Almeyda, por haber alcanzado una sola victoria con el equipo en los últimos 10 partidos de la Liga MX. Que quede claro: el descenso acecha cada temporada a las Chivas, y esta vez probablemente se salven debido al terrible desempeño de los Dorados. Las bravatas de Vergara en la pretemporada dictaban que el equipo se convertiría en las "Súper Chivas" y Almeyda en el [Sir Alex] "Ferguson de México" , lo cual es poco probable.

El equipo está desequilibrado, con hoyos en la defensa y carecen de fuerza. Lo cual, naturalmente, pone en riesgo el futuro de Almeyda, no porque los reporteros de fuente en Guadalajara consideren que despedirlo sea lo correcto, sino porque es la típica reacción instintiva de Las Chivas cuando los resultados no son los deseados.

Solo las próximas semanas, y los resultados, determinarán si el apoyo que Vergara dice brindarle a Almeyda se trata de meras habladurías vacías o de algo más sustancial.

Pareciera obvio lo que va a suceder. Lo único que Vergara no ha hecho en todo este tiempo en Chivas, es proporcionarle al entrenador la oportunidad y estabilidad para superar malos resultados y salir a flote. Almeyda debe quedarse, y se le debe empoderar y dar los recursos necesarios en la siguiente ventana de transferencias para que pueda comenzar a moldear una estrategia para el equipo, para que Las Chivas tengan como mínimo una pizca de oportunidad de alcanzar su ostentoso objetivo.

Tom Marshall ha trabajado en Guadalajara desde el 2008 y ha escrito sobre futbol mexicano desde entonces. Encuéntralo en Twitter como @MexicoWorldCup.

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