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GUADALAJARA -- Son días agridulces para Matías Almeyda. El técnico del Guadalajara, por un lado, disfruta de que jugará su primera Liguilla en México, luego de acumular seis partidos sin derrota con su Rebaño, que venció a Dorados de Sinaloa en casa. Sin embargo, en solamente unas horas su padre, Oscar Almeyda, será intervenido quirúrgicamente del corazón. “Disfruto todos los días en Guadalajara. Soy agradecido por conocer esta ciudad, dirigir a un club como Chivas, y cuando se consiguen objetivos uno es feliz, dedicamos mucho tiempo de nuestra vida al trabajo. Hay compañeros que saben que operan del corazón a mi padre en un par de días y más allá de lo que pase extra futbol, tenemos que estar metidos. Quiero quedarme mucho tiempo, porque me gusta el club, el grupo de jugadores y soy un enfermo del éxito”, dijo con un semblante muy serio Matías Jesús. Don Oscar, así como el resto de su familia, ha sido un pilar siempre en la vida de Almeyda, a tal grado que prefirió dejar Argentina para regresar a Italia hace poco más de diez años, cuando se enteró que su padre corría riesgo de ser secuestrado. En medio del momento delicado que vive en lo personal, el ‘Pelado’ intenta animarse con los triunfos de su Rebaño. “Lo tomo con mucha serenidad porque no es fácil entrar a una Liguilla, no es fácil jugar lo que jugaron los futbolistas de Chivas este semestre. No podías estar confiado por no equivocarte, a medida que conseguíamos empates no me desagradaba, porque hoy los empates con triunfos hicieron posible esta clasificación y me llena por los jugadores que han dejado todo”, expresó este domingo Almeyda. Matías deberá seguir el caso de su padre a distancia, pues a partir del martes el equipo trabajará enfocado en visitar a Santos, con quien deberán pelear para mejorar su posición en la tabla de cara a la ‘Fiesta Grande’ de este Clausura 2016.
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