BUENOS AIRES -- El 28 de noviembre del año 2000 Boca jugó con el Real Madrid la final de la Copa Intercontinental. Por supuesto, en la previa, los Merengues eran amplios favoritos.
Pero el Boca de Bianchi empezaba a escribir la historia grande y lograba un histórico triunfo. Las pisadas de Riquelme, los goles de Palermo y el clima en las tribunas con casi 10.000 hinchas xeneizes ya forman parte de las páginas más gloriosas del club.
Ahora, es River el que está ante la gran oportunidad. Esta vez, el rival a vencer en una hipotética final, será el Barcelona. Y la historia parece repetirse, al menos en los días previos al Mundial: los catalanes son los grandes candidatos.
La rivalidad entre Boca y River es grande y por eso no pueden evitarse las comparaciones. Si Boca pudo vencer a los Galácticos del Real, ¿por qué River no podría vencer al Barcelona de Messi y compañía? ¿Es este conjunto blaugrana más equipo, tiene más individualidades que el Real del año 2000? Así, comienza el debate.
Con la contratación de Figo a mediados de 2000, el Real arrancó la era “galáctica”; más tarde llegarían Zidane, Beckham, Ronaldo… Pero si bien es cierto que pocos equipos cuentan con tres delanteros del nivel del club catalán, léase Messi, Neymar y Suárez, a aquel Real no le faltaba talento.
Al portugués Figo, ganador del Balón de Oro esa temporada y el fichaje más caro de la historia merengue hasta esa fecha, lo acompañaban nada menos que Raúl, goleador implacable y leyenda de los Merengues, Roberto Carlos, el destacado lateral brasileño que con sus proyecciones era casi un delantero más, un referente de categoría internacional como Hierro en la defensa, histórico jugador de la selección española, y un joven Iker Casillas que ya mostraba su jerarquía bajo los tres palos.
Sin dudas, el Barcelona actual tiene mejores individualidades. A Messi, Neymar y Suárez hay que sumarle nada menos que Iniesta, el cerebro del equipo. Y en “segundo plano” aparecen futbolistas de la talla de Mascherano, Jordi Alba, Dani Alves, Busquets, Piqué…
Pero más allá de nombres propios, el equipo catalán tiene una idea y una identidad de juego que lo distingen por sobre el resto. Y aunque las comparaciones son odiosas, este Barcelona juega mejor que aquel Real, como también el Boca de Bianchi venía mejor que el River de Gallardo.
Los Xeneizes peleaban el campeonato local (luego serían campeones), y los millonarios no pasan hoy por su mejor versión futbolística, tras ser eliminados de la Copa Sudamericana.
En cuanto a los equipos, Boca contaba con Riquelme y Palermo como estandartes, pero también con los colombianos Córdoba, Bermúdez y Serna como parte de la columna vertebral del equipo.
River, en tanto, sacó en los últimos tiempos chapa de equipo copero y con personalidad, que se agranda en las díficiles. Lo demostró nada menos que en los partidos contra Boca.
Algo, de todos modos, tienen en común xeneizes y millonarios: los dos estaban lejos de ser favoritos en la previa. Pero Boca dio la sorpresa y venció a los Galácticos. ¿Podrá River alcanzar o superar el logro de su máximo rival?