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El plan de Martino para convivir en paz con Barcelona

Messi y Martino. AP

BUENOS AIRES -- Cuidar a Lionel Messi y a Javier Mascherano es la gran prioridad de Gerardo Daniel Martino. Debido a ello, el seleccionador no va a reclamar la participación de ambos de manera permanente para cada partido que deba afrontar la selección argentina.

La medida del entrenador persigue dos objetivos concretos. Por un lado, evitar una situación idéntica a la que el mejor jugador del mundo atravesó en 2013-14 antes de la Copa del Mundo de Brasil. En aquel entonces Leo solía recibir una multitud de críticas y cuestionamientos en Catalunya por supuestamente centrarse en la Albiceleste y -siempre de acuerdo a la sensación del entorno del club en aquel momento-, por dejar al FC Barcelona como segundo plato.

En aquella temporada en la que precisamente Martino fue el entrenador del conjunto azulgrana, Messi debió lidiar con tres lesiones musculares que le hicieron perderse casi 3 meses de competencia. Dos en el tendón de la corva (21 al 26 de agosto y 10 de noviembre de 2013 a 5 de enero de 2014), y una en el muslo (entre el 28 de septiembre y el 17 de octubre de 2013). Mientras tanto, también Masche se lesionó en el muslo, y no pudo jugar desde el 24 de septiembre al 9 de octubre de 2013.

En Barcelona concluyeron de manera fácil y acaso dañina también, en que Messi se lesionaba por estar demasiado pendiente de la Selección y por alejarse de los cuidados del club con tal de enfocarse en el Mundial. Para colmo, se permitieron dudar de él después de que el Barça no ganara ningún título importante, con el argumento de que en aquel curso marcó 28 goles en La Liga cuando no había marcado menos de 30 en la principal competición del fútbol español desde 2008-09.

Tata Martino apunta a que tanto Messi como Mascherano lleguen a la Copa del Mundo Rusia 2018 en perfectas condiciones, y que no vuelvan a sufrir unos contratiempos físicos que se pueden evitar dosificando sus convocatorias.

Messi, siempre y cuando Argentina consiga la clasificación para el próximo Mundial, arribará a la Copa del Mundo a punto de cumplir 31 años. Mascherano, en caso de que continúe interesado en seguir jugando con la selección, lo hará con 34.

Si bien son edades casi definitivas teniendo en cuenta la frecuencia con que se desarrollan los campeonatos mundiales, no es la edad lo que preocupa a Martino, sino encontrar la forma de aliviar el peso del densísimo calendario competitivo que habrán acumulado ambos jugadores en vísperas de la cita rusa.

La otra cuestión que tiene en mente Martino es dar con la fisonomía de un equipo al que no le afecte no poder contar dentro de la cancha con el quíntuple ganador del Balón de Oro. Tata cavila alternativas ante la ausencia consensuada de Messi y por eso se autoimpone sacarle punta a la inclusión de Erik Lamela, Nicolás Gaitán, y en menor medida de Javier Pastore, en un elenco sobrado de delanteros y mediocentros, pero falto de playmakers.

En la planificación de su trabajo, Gerardo Martino tiene subrayado evitar conflictos con el último equipo de club que dirigió antes de asumir en la selección para suceder a Alejandro Sabella. El entrenador comprende el amplio rechazo que genera en Catalunya cada convocatoria de selección que arranca a los cracks, y pretende mantener la buena relación que desde hace tres años tiene con Josep Maria Bartomeu, presidente del FC Barcelona y con la estructura jerárquica de la entidad.

Martino fue testigo del nulo compromiso que existe en Catalunya con otra selección que no sea la autonómica, y actúa para ahorrar discusiones o problemas que pudieran afectar la convivencia con el gigante catalán. Inconvenientes que incluso, según el caso, hasta podrían acarrearle un dispendio económico a la AFA en caso que sucediera alguna lesión.

Por todas estas razones, Messi y Mascherano no formarán parte del equipo nacional que acometerá, entre otros compromisos, los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Lo único que el entrenador rosarino no negociará serán sus convocatorias para disputar los partidos por la eliminatoria de clasificación rumbo a la próxima Copa del Mundo.