Fútbol Americano
Carlos Bianchi 8y

En Sudamérica se partió la tabla, pero todo sigue muy parejo

BUENOS AIRES -- Los partidos que completaron la doble jornada de eliminatorias sudamericanas confirmaron la sensación que viene dominando esta competencia: la paridad se mantiene y ninguno consigue despegarse. No ha habido, hasta ahora, equipos consistentes, y los tradicionalmente poderosos ya no marcan tanta diferencia.

Hasta hace una semana, teníamos a un cómodo y único líder, que ya no es ni una cosa ni la otra: Ecuador consiguió un punto sobre seis, con un empate sobre la hora y una derrota contundente, pero sobre todo, no jugó bien y dejó varias dudas sobre cómo hará para mantenerse entre los de arriba.

En dos partidos consecutivos, Ecuador se mostró flojo defensivamente. Pero contra Colombia, además, perdió el mediocampo, con lo cual no tuvo gravitación arriba, con los Valencia aislados en ataque, con Enner teniendo más presencia de área pero peleando muy solo contra todos.

Por el contrario, la clave de Colombia para imponerse con tanta claridad fue, justamente, el medio: con tiempo para pensar, sus jugadores, muy dotados técnicamente, hicieron la diferencia. Con rendimientos individuales altos de Cardona, Pérez, Cuadrado y James Rodríguez, más la potencia goleadora de Bacca, los de Pekerman volvieron a mostrar todo su potencial, recuperaron la confianza y se metieron de lleno en la pelea.

Ecuador, por el contrario, tendrá que "asegurar las ruedas", como se dice en Francia. Ya no viaja solo y, más allá del gran arranque que tuvo, con victoria de visitante ante Argentina incluida, cuesta verlo sosteniéndose tan arriba. El próximo partido, de local ante Brasil, puede dar una buena medida de sus aspiraciones.

El que ahora viaja junto a Ecuador es Uruguay, que en silencio se fue trepando hasta lo más alto. Después del envión anímico que significó remontar un 0-2 de visitante ante Brasil, sumó de a tres venciendo a Perú por la mínima.

Y sin embargo, Uruguay tampoco convenció. Podría haber ganado más holgadamente, seguro, pero no demostró mucha superioridad ante un Perú que está cada día más lejos de la pelea.

Uruguay fue el de siempre, ese que sabe bien lo que quiere: bien parado de atrás hacia adelante, con un 4-4-2 clásico, aprovechando toda la jerarquía de sus dos puntas para apostar al contragolpe. Con eso le alcanzó para ganar y liderar, pero uno hubiera esperado más habida cuenta las diferencias entre un equipo y otro.

Es un caso similar al de Argentina, que no pasó apuros en el 2-0 ante Bolivia, pero sigue sin explotar todo el potencial ofensivo que sus delanteros muestran cada semana en las ligas y equipos más competitivos del mundo. Eso hace que uno se ilusione y tenga a Argentina de candidato juegue donde juegue, pero a la vez, hace que uno se quede esperando siempre un poco más.

En todo caso, lo bueno es que el equipo de Martino consiguió la tranquilidad que traen los resultados. Con seis puntos sobre seis, será más fácil encarar la Copa América y luego retomar la eliminatoria tratando de mejorar el rendimiento colectivo.

Sigo pensando que una de las claves puede pasar por encontrar ese volante con llegada que libere a Messi de la obligación de bajar unos metros para entrar en juego, alejándolo así del lugar donde es más productivo: alrededor del área. Puede ser una explicación para entender por qué, todavía, Argentina no consigue generar las chances y anotar los goles que sus apellidos prometen partido a partido.

Mientras tanto, el que sí hizo todos los goles que necesitaba y más también fue Chile. Tras una derrota de local ante Argentina que lo dejaba en situación incómoda, el arranque ante Venezuela anunciaba más problemas. Pero apareció toda la jerarquía de Vidal, ausente en el partido anterior, para ordenar al equipo y también hacer su aporte goleador.

Con Vidal al mando, Chile volvió a ser Chile. Cambió la cara de un equipo que, ante Argentina, perdió quizás sin merecerlo pero sin mostrar demasiado. Se aprovechó de una Venezuela que, a diferencia de la última eliminatoria, esta vez no parece estar a la altura, y así se puso en puestos de clasificación.

Por último, dos que hoy están afuera de esos lugares. Y son dos nombres que sorprenden: Paraguay y Brasil, protagonistas del partido más emotivo de la jornada.

Tal como la semana anterior, Paraguay dejó escapar tres puntos que tenía en el bolsillo. Así como Ecuador le había empatado en el descuento, esta vez lo hizo Brasil, para peor, remontando una diferencia de dos goles.

Y no es que el 2-0 parcial no haya sido merecido. Hasta ese momento, sin generar demasiado, Paraguay había sido más efectivo para aprovechar sus chances. Tenía bajo control a un Brasil con pocas ideas ante la ausencia de Neymar, y aprovechó la endeblez defensiva de su rival, sobre todo de sus laterales.

No es nuevo que los defensores brasileños tengan más voluntad por atacar que por defender. Pero llega un punto en el que uno no entiende cómo no se preocupan primero por lo más importante. Yo era delantero y mi función principal era hacer goles: después, sí, podía colaborar en la marca, presionar la salida y muchas cosas más. Pero si no la metía, todo lo demás no importaba. Aquí, a la inversa, las falencias defensivas son tan grandes que comprometen al equipo y sus chances de clasificar.

De cualquier manera, Brasil aceleró en el momento justo, aprovechando algo que históricamente Paraguay no hacía: aflojar cuando está en ventaja. Los de Ramón Díaz se fueron cayendo físicamente, Justo Villar dio un rebote que permitió el descuento y, de a poco, terminaron arrinconados en su área.

Así, de arremetida, llegó el empate de Dani Alves, algo que unos minutos antes era utópico. Pero tanto había cambiado el rumbo del partido que Brasil pudo hasta ganarlo en la última jugada, en la que Villar, después de otro rebote, se redimió con un manotazo salvador que evitó que el 2-0 se convirtiera en 2-3.

Más allá del sabor heroico de la igualdad, Brasil tiene motivos de preocupación y no solamente por lo que muestra la tabla. Haber anotado cuatro goles en dos partidos no significa que haya encontrado lo que más extraña, delanteros de calidad, y si bien sigue al acecho en un sexto lugar compartido, no le sobra nada.

El formato de todos contra todos, a ida y vuelta, sin dudas lo favorece, como a todos los equipos grandes, pero tendrá que mostrar mucho más de lo que se vio en esta fecha para asegurar su presencia en Rusia.

Felicidades.

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