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Italia 1990: La pesadilla ha vuelto

Los hooligans tomaron por asalto el mundial desde Cagliari soltando todos sus deseos de violencia. La FIFA les puso especial marcación.

Era el Inglaterra-Holanda en Italia ‘90. Se suponía un buen partido por encontrarse dos potencias. Tras medirse en un pesado ambiente húmedo, -el estadio Sant Elia está junto al mar Mediterráneo-, el juego acabaría 0-0 y desde su inicio puso a todos en alta tensión.

Lo que dinamitó la tranquilidad de aquel sábado 16 de junio en Cagliari fueron los hooligans. Ya se veía venir porque habían estado embriagándose en el mar o andando con el torso desnudo por las calles mientras hacían volar las sillas de un bar por entre las ventanas. Y es que habría que estar en desacuerdo con las personas que piensan que el futbol no tiene nada que ver con la vida, para los hooligans es algo mucho más valioso.

"And you're standing on our street where Hector was the... First of the gang with a gun in his hand" Morrisey, First of the gang to die

A una hora de iniciarse el juego, en los alrededores del estadio se encendieron las alarmas. La zona estaba inquietante por el movimiento del regimiento de policías. Cuando llegaron, había autos con los vidrios rotos, restaurantes destruidos y mujeres ultrajadas. Pidieron refuerzos porque enfrente tenían a más de mil descamisados con la bandera del Reino Unido atada por el cuello. No hubo nunca reverencias. De inmediato se anticipó un fuego cruzado exacerbado por el sonido de helicópteros.

A un lado del Sant Elia existía un estacionamiento y al fondo, desembocando estaba la Bahía de los Ángeles. El clima era bastante caluroso en verano por eso los hooligans lo sobrellevaban con mucha cerveza.

En la avenida principal del estadio, la Amerigo Vespucci, se encontraba un mercado cívico, un local de reparación de autos, una escuela con su biblioteca y la plaza Lao Silesu. Alrededor de ellos policías con metralletas y escudos preparaban una carrera contra la muerte en cada esquina. Los hooligans pasaban en tropel levantando polvo y arena, algunos metiéndose en casas, otros buscando con ansiedad la boca de la playa y unos más atrapados por la fuerza.

Meses atrás, el entrenador español Luis Suárez se había molestado con la FIFA sobre el manejo del sorteo: “Creemos que hemos sido engañados… querían enviar a toda costa a Inglaterra a Cagliari y por eso los ubicaron como cabeza de grupo. Se lo han inventado todo”. Y es cierto. La intención no era otra que mandarlos a la isla de Cerdeña, cual prisioneros de Alcatraz.

El termino es más viejo de lo que pudiera pensarse. En 1898 ya se hablaba de policías que atrapaban hooligans; Arthur Conan Doyle, toca el hooliganismo en su relato ‘Los seis napoleones’, en un caso sencillo para Sherlock Holmes.

En la década de los 60 los clubes aceptaron la organización de aficionados que se autodenominaban ‘Firmas’. La más grande y fuerte, la del West Ham United, el equipo de la zona pobre e industrial de Londres.

Cuando llegaron a Italia 1990, la promesa era la misma, crear disturbios. Se imprimieron cientos de camisetas con un bulldog y la leyenda ‘the nightmare has returned’ y ‘we will figth on its beaches’ sabiendo que rondarían las playas de Cagliari en donde estarían encerrados los primeros días.

Regresando al juego que pudieron ver algunos hooligans con el ojo morado o golpeados de la espalda, Inglaterra mejoró en la segunda parte. Varios de ellos habían acudido a la concentración de sus jugadores a firmarles mensajes de ánimo en las playeras, en especial a Paul Gascoigne que puso un par de pases buenos, destellos simples de un jugador soberano al que esperaron por mucho tiempo, desconsolados.

El árbitro serbio Zoran Petrovic inexplicablemente invalidó un gol de tiro libre de Stuart Pearce, evitando un visible triunfo inglés. Los hooligans, muy borrachos para el minuto 91, cansados por las carreras y los golpes, fue lo menos que protestaron. Velaban armas para el partido siguiente.

Esta historia es parte de una colección de 20 escritos, uno por cada Mundial, desde Uruguay 1930 hasta Brasil 2014: