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España, que venció de forma agónica a Italia en las semis, jugará la gran final de la UEFA Nations League ante Croacia, verdugo de Países Bajos, el próximo domingo en el estadio de Feyenoord, en Rotterdam. Será un enfrentamiento entre dos selecciones que se han acostumbrado a competir en las instancias de definición de todos los torneos internacionales en los últimos tiempos pero que tienen estilos e historias bien diferentes. Mientras que la Roja ha sabido ganar dos Euros y una Copa del Mundo en los últimos 15 años, el conjunto croata irá en busca de su primer título oficial con una generación que ha jugado dos semifinales del mundo. España volverá a confiar en su estilo ya afianzado. El juego de pase que surgió del Barcelona de Guardiola y que tuvo su correlato en el seleccionado se ha convertido en la regla para el combinado nacional. Desde los tiempos de Luis Aragonés ha intentado progresar desde la posesión y le ha dado resultados, más allá de las últimas frustraciones. Luis de la Fuente está frente a su primer gran desafío. Tras la salida de Luis Enrique, se buscó un técnico de perfil bajo que pueda sostener la idea. El exentrenador de las selecciones juveniles podría comenzar su ciclo con un trofeo, algo que no han podido conseguir sus antecesores desde la salida de Vicente del Bosque. Por su parte, Croacia se apoya en su carácter de hierro y en la fortaleza de un grupo de futbolistas que ya ha hecho los méritos para ser campeón. Con Luka Modric como símbolo, ha competido contra cualquier rival en todos los torneos de los últimos años. Está ante la gran oportunidad de coronar el mejor momento de su historia con un título. España viene de varias frustraciones. No superó los octavos de final de los últimos tres Mundiales y ni siquiera haber llegado a semis de la Euro pasada tras eliminar en una serie histórica a la propia Croacia sirvió para darle un rasgo positivo a estos tiempos. En cambio, el combinado de los balcanes ha sido subcampeón y tercero en los dos Mundiales más recientes pero tiene el sabor amargo de nunca haber levantado una copa. Será un duelo imperdible, entre dos adversarios que ya se han enfrentado en nueve ocasiones y que tienen argumentos para lograr la victoria.
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