Fútbol Americano
Antonio Strini, ESPN Brasil 8y

Abandonado por excompañeros, Cabañas todavía quiere jugar

Los años 2008 y 2009 fueron más que especiales para Salvador Cabañas. Ídolo en el club América de México y el principal delantero de la selección de futbol de Paraguay. “El Gordito” fue una pesadilla para el Flamengo en los octavos de final de la Copa Libertadores (contribuyó a revertir la desventaja de 4-2 en la ida disputada en el Maracaná, con dos goles en la victoria de 3-0 para la vuelta), e incluso dejó una marca contra Brasil en un partido de las eliminatorias en Asunción ocho años atrás, el primer reto de Dunga como entrenador.

Posteriormente en enero de 2010, tras una discusión en un bar de la Ciudad de México, Cabañas recibió un disparo en la cabeza por parte de un traficante, la bala se quedó alojada ahí sin afectar zonas vitales en el cerebro. El jugador que estaba en la antesala de disputar un Mundial de futbol y brillar a los 30 años terminó luchando para vivir.

Fueron cuatro meses de recuperación hasta que finalmente fue dado de alta, cuando todos daban por hecho que su carrera se había acabado. En parte sí fue así.

Y su fuerza de voluntad impresionó. Llegó a jugar en un equipo de la tercera división de Paraguay, y llegó a ser anunciado para integrarse con el Tanabi --equipo de Sao Paulo-- en 2014, pero no ha jugado profesionalmente más en los últimos cuatro años.

Hoy en día, Salvador Cabañas vive en Itauguá, un pueblo situado a 40 kilómetros de la capital Asunción, con sus padres y actúa de vez en cuando en juegos de exhibición -- como lo hizo hace unos días en Estados Unidos. El señor Dionisio tiene una panadería en esa localidad, pero asegura de que el delantero no trabaja para él.

"Él no trabaja en la panadería, pero allí también ayuda a la familia. Trabajamos para él. Gracias a Dios que no hay dificultades desde lo que pasó", dijo el padre en una entrevista con ESPN.com.br.

Sobre el fatídico día en que su hijo casi pierde la vida, el señor Dionisio reveló que todavía quiere respuestas. "No sabemos lo que pasó. Salvador siempre decía 'papá y mamá, permanezcan tranquilos' y de repente pasó esto. Todavía buscamos una explicación".

Salvador Cabañas sigue con el sueño de volver a las canchas, admitió su padre. Pero hay un problema que complica se haga realidad.

“Todavía quiere jugar al futbol profesional, pero está impedido. Salvador tiene un problema en su ojo izquierdo, y le molesta, me duele mucho, porque no puede jugar", dijo.

Lo que más le molesta a Dionisio -- y toda su familia -- es la falta de apoyo parte de todos aquellos a los que alguna vez Salvador Cabañas llenó de felicidad. Por ejemplo, el club América de México y la Asociación Paraguaya de Futbol (APF).

"Ellos saben de todo el problema del Salvador, y hasta ahora no ayudan", dijo el padre del ex atacante. "No es que sus compañeros vengan a verlo. Eso incomoda a la familia. Antes él era amigo de todos, pero ahora que Salvador está así, nadie se aparece ni para decirle 'hola'".

Cabañas todavía tiene otros contratiempos pendientes desde 2010, como el dinero perdido con su ex representante y ex esposa. El caso llegó a los tribunales y se encuentra pendiente su desenlace.

"No siempre va a conseguir lo que todavía quiere, y nosotros como una familia lo apoyamos. Jugar al futbol es difícil para él, pero queremos ser felices", dijo el padre.

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