Cagliari aprovechó la fragilidad defensiva de Roma para golear

ROMA (ESPNdeportes.com) - En un partido de la fecha 21 del Calcio, disputado en el estadio Sant'Elia de Cagliari, el equipo local venció por 4 a 2 a Roma. En orden cronológico, los goles fueron de Thiago Ribeiro, Juan, Fabio Borini, Mauricio Pinilla, otra vez Ribeiro y Albin Edkal.

Con este resultado, Roma sigue teniendo 31 puntos (con un partido menos, el suspendido por lluvia en Catania: la pizarra está 1-1 y los 25 minutos faltantes se disputarán el 8 de febrero) y ocupando la sexta posición, mientras que Cagliari ahora suma 26 unidades y se ubica en una cómoda décima plaza.

El partido fue muy agradable, porque ambos trataron de jugar un fútbol asociado y ofensivo. Roma, como siempre, buscó mantener una mayor posesión de pelota, pero Cagliari disputó cada balón con gran intensidad y, cuando logró recuperar, también trató de progresar en la cancha jugando a ras del piso.

Luís Enrique esta vez se decidió por una pareja central formada por Juan y el joven Kjaer y, como veremos enseguida, ese fue su grave error. Ballardini, en cambio, sorpresivamente eligió una pareja ofensiva integrada por el brasileño Thiago Ribeiro y el chileno Pinilla, una combinación que se reveló absolutamente acertada.

Porque ambos atacantes, muy movedizos y con buen trato de pelota, supieron aprovechar los espacios que los dos laterales, Rosi y José Angel, dejaban a sus espaldas, pero sobre todo la noche fatal de los dos centrales visitantes.

Así, luego de apenas seis minutos, Ribeiro se lanzó en el espacio detrás de Rosi, cortó hacia el medio sin ninguna oposición y, bajo la "atenta" mirada de Kjaer, dejó salir un derechazo desde los 20 metros que se clavó a lado del palo a la derecha de Stekelemburg, en evidente y culpable retardo.

El gran mérito de esta Roma de Luís Enrique, y quizás el rasgo más similar a ese Barcelona que se pretende imitar, es de no desesperarse nunca y de jugar siempre de la misma manera, cual que sea la pizarra. Por encima, en este caso, el empate llegó rápido, con un cabezazo a quemarropa de Juan en jugada de tiro de esquina desde la derecha (Totti había sido el ejecutor).

Después del empate, el partido se puso equilibrado, pero Cagliari jugaba con mayor intensidad en el medio y llegaba con gran facilidad, aprovechando con la movilidad de sus delanteros los ya citados espacios disponibles por los costados.

Sin embargo, justo cuando el local merecía ponerse arriba, llegó la ventaja visitante: Pjanic ejecutó un tiro libre desde unos 25 metros con un remate violentísimo, Agazzi metió los puños pero rechazó centralmente, justo sobre la derecha de Borini, quien no tuvo problemas para anotar con un remate rasante.

El resultado no parecía muy justo, pero antes del descanso Pinilla igualó la pizarra: Cossu metió la asistencia para el ingreso de Pinilla, otra vez entre Kjaer y Rosi, y el delantero definió muy bien con la parte externa del botín derecho, con el balón que fue a dar en el segundo palo antes de meterse, obviamente inatajable.

A comienzo de la segunda etapa, un error en el medio favoreció la contra local: Conti recuperó y la entregó central para Pinilla, quien había bajado a pivotear y la metió de primera abierta por derecha, donde José Angel brillaba por su ausencia. Ribeiro le ganó en velocidad a Juan y, cuando ingresó al área, dejó salir un violento derechazo que le dobló las manos a Stekelemburg, pegó nel travesaño y se metió.

Otra vez Roma reaccionó con su juego, ante un Cagliari que demasiado rápidamente pareció resignarse a defender su ventaja. Ballardini fue responsable de eso, porque sacó primero a Ribeiro (ingresó Edkal) y luego a Cossu (adentro el defensor central Ariaudo). Así, Roma creó por lo menos tres ocasiones, la primera con Lamela, otra con Borini (muy bien Agazzi) y la última con un tiro libre de Pjanic que salió besando el poste a la derecha del arquero.

Pero el entrenador local, luego de los dos cambios errados, adivinó el tercero: Ibarbo por Pinilla. Porque, con la Roma volcada hacia adelante, la velocidad del recién ingresado y su capacidad de lanzarse en los espacios fueron letales: luego de un par de ocasiones desperdiciadas, el colombiano ridiculizó a Juan con una serie de piques y amagues y le dejó el gol servido a Edkal, quien no tuvo más que empujarla adentro.

Cagliari, que había anotado 6 goles en los 10 partidos locales anteriores, en uno sólo conquistó 4. Sin embargo, no queda del todo claro si eso fue efecto de la llegada de Pinilla y del gran día de Ribeiro, o más bien tuvo que ver con la extrema fragilidad defensiva del equipo de Luís Enrique. Roma es un lindo proyecto pero es demasiado simple llegarle con peligro.

La figura de ESPNdeportes.com: Thiago Ribeiro (8.5)