Lanús perdió por penales ante Vasco da Gama y quedó afuera

BUENOS AIRES (EFE) -- El Vasco da Gama brasileño se apagó en el segundo tiempo, perdió por 2-1 ante Lanús en Argentina en los 90 minutos reglamentarios y resucitó en la tanda de penales para pasar a los cuartos de final de la Copa Libertadores.

En la próxima fase, el Vasco da Gama se medirá con el Corinthians, también de su país, que goleó a Emelec en Brasil.

Nilton, a los 18 minutos, había puesto en ventaja al conjunto carioca, pero Mariano Pavone y el colombiano Teófilo Gutiérrez dieron vuelta el resultado a los 60 y 77, respectivamente, y forzaron la tanda de penales.

En esa dramática definición no fallaron Felipe, Juninho Pernambucano, Carlos Alberto, Renato y Alecsandro, del Vasco; ni Mario Regueiro, Maxi Velázquez, Mauro Camoranesi y Matías Fritzler, de Lanús, pero sí lo hizo Silvio Romero.

El equipo de Gabriel Schurrer salió decidido a hacer pesar su localía y su abanico de jugadores de buen pie en los primeros minutos del encuentro, pese a que el choque exigía cierta paciencia por el exiguo margen a favor que tenía la formación carioca, que se había impuesto 2-1 en la ida.

Vasco de Gama sufrió cierto asedio en el cuarto de hora inicial, pero sólo en cuanto a posesión de balón y dominio territorial, dado que las llegadas de Lanús eran aproximaciones desordenadas que desbarataban fácilmente los defensas brasileños.

Esos bríos y esa cuota de carácter del elenco argentino prácticamente se apagaron en el minuto 18, cuando, tras un fallo en la comunicación entre el arquero Agustín Marchesín y el lateral Maxi Velázquez, Nilton recogió la pelota fuera del área y la clavó junto a un palo con un disparo descomunal.

Lanús definitivamente perdió la brújula y Schurrer los estribos, a juzgar por la cara de preocupación que mostró durante todo el primer tiempo.

Diego Valeri, el estratega del dueño de casa, no hacía pie en el centro del campo y el equipo granate reducía entonces sus posibilidades a la voluntad del uruguayo Mario Regueiro y del ariete Mariano Pavone, a quien nunca le llegaba limpio el balón.

Vasco hizo su negocio. Aguantó el aguacero en los primeros minutos, defendió bien los dominios de Fernando Prass y lentamente se animó y echó gas a lo que mejor hace: construir juego ofensivo.

Nilton y Juninho Pernambucano fueron dos imanes en el centro del terreno y puntos de partida de algunas llegadas al arco peligrosas, como una entrada por la banda derecha de Fagner en el minuto 31 que el lateral no alcanzó a terminar bien.

Un minuto después Mauro Camoranesi anduvo cerca de la igualdad, que no hubiera sido justa en virtud de la superioridad táctica y futbolística exhibida por el conjunto de Río de Janeiro.

La entrada de 'Teo' Gutiérrez, pedida por los hinchas, oxigenó al Lanús, que jugó un segundo tiempo extraordinario. El conjunto argentino transformó al campo en un plano inclinado y fue acumulando, con gran juego y temple, innumerables ocasiones de gol.

Fallaron Carlos Araújo y Gutiérrez en una misma jugada a los 51 minutos, pero diez después el 'Tanque' Pavone marcó el 1-1 en una maniobra que el paraguayo Carlos Amarilla debió invalidar por una evidente infracción de Regueiro, que impidió a Renato cerrar al goleador.

A los 65 se lo perdió el propio delantero uruguayo y a los 67 fue el palo el que se lo negó a 'Teo' Gutiérrez. Todo era de Lanús, pero en una contra Rodolfo increíblemente elevó su remate a metros del arquero Marchesín.

Casi en la siguiente jugada, Gutiérrez facturó un rebote dado por el portero de Vasco y a partir de entonces dio la sensación de que Lanús lo ganaba antes de la tanda de los penales, que finalmente lo terminó condenando.

Este partido de vuelta de los octavos de final se disputó en el estadio Ciudad de Lanús, ante 20.000 personas.