Capello debuta con un pobre empate

MOSCU -- El técnico italiano Fabio Capello debutó con un pobre empate (1-1) al frente de la selección rusa en un partido amistoso ante Costa de Marfil que sirvió de preparación para la fase de clasificación mundialista.

Capello, que asumió a finales de julio el cargo con el objetivo de clasificar a su nuevo equipo para el Mundial de Brasil 2014, comenzó con mal pie y peor juego su andadura como seleccionador ruso.

El italiano ha reconocido que tiene una espina clavada después de su repentina dimisión en febrero pasado como seleccionador inglés debido a las acusaciones de racismo contra el capitán, John Terry, lo que le impidió participar en la pasada Eurocopa.

Sea como sea, pasan los años y Capello se mantiene fiel a su ideario futbolístico: "Todos los sistemas de juego son válidos, pero yo trabajo para lograr resultados y para ganar".

Los rusos, que fueron recibidos de uñas por los aficionados, que aún no les perdonan que fueran apeados en la primera fase de la pasada Eurocopa, tuvieron delante un rival de envergadura liderado por el gran Didier Drogbá.

Capello, que reconoció que apenas conoce a sus pupilos, dejó fuera de la convocatoria a dos veteranos como Zyryánov y Semshov, pero lo que nadie se esperaba es que apartara a Zhirkov, titular indiscutible en la banda izquierda desde hace varios años.

Arshavin, al que el italiano mantuvo el brazalete de capitán, también empezó en el banquillo, aunque más por la falta de partidos con el Arsenal que por otra cosa.

Con la excepción de los primeros minutos, Costa de Marfil fue mejor que el equipo local durante la primera parte, aunque le faltó profundidad.

Drogba, que dejó el Chelsea para emigrar a la liga china, pero no ha renunciado a su selección, lo intentó con mucha intención a los 21 minutos de falta directa, pero su disparo salió desviado por muy poco.

Los futbolistas del Manchester City, Razak y Yayá Touré, también estuvieron muy activos y aprovecharon cualquier ocasión para subir al ataque ante la pasividad de los futbolistas rusos.

Los locales parecieron despertar tras la reanudación y la entrada del joven delantero Kokorin, una de las grandes promesas del fútbol ruso, por un desacertado Pavlyuchenko.

Así, tras una falta directa cerca del área grande, Dzagóev, el mejor jugador ruso en la Eurocopa, aprovechó su fenomenal disparo para inaugurar el marcador.

Su disparo, duro y con efecto, sorprendió al guardameta marfileño, que nada pudo hacer para salvar a su equipo (m. 55), pese a que el balón entró por el palo que no cubría la barrera.

Arshavin, que fue silbado por los aficionados por los polémicos comentarios que hizo tras la eliminación en la Eurocopa, lo intentó tímidamente, pero sin suerte.

La falta de empuje local fue aprovechada por los africanos para empatar y, de no ser por su escasa ambición, podrían haberse llevado la victoria.

Primero avisó Razak, delantero de 19 años que disparó al poste desde el borde del área pequeña tras recibir un magnífico pase de Drogba (m. 68).

En el minuto 77 se hizo justicia cuando Gradel aprovechó un magnífico centro con el exterior del pie desde la izquierda para rematar de cabeza al poste y después marcar a puerta vacía tras aprovechar el rechace.

Drogba, de 34 años, estuvo a punto de aguar el debut de Capello en un saque de falta a falta de diez minutos para el final, pero su envenenado disparo fue despejado por Malaféev.

Capello tiene mucho trabajo por delante si quiere cerrar con buena nota su carrera al frente de Rusia, cuya selección no disputa una Copa Mundial desde 2002.

Su problema es que apenas tiene tiempo, ya que su primer partido clasificatorio será el próximo 7 de septiembre, ante Irlanda del Norte, en Moscú.

Los rivales de Rusia en la fase de clasificación para el Mundial en el grupo F son la Portugal de Cristiano Ronaldo, semifinalista en la pasada Eurocopa, Israel, Irlanda del Norte, Azerbaiyán y Luxemburgo.

Capello es el tercer extranjero que asume las riendas de Rusia tras los holandeses Guus Hiddink (2006-2010) y Dick Advocaat (2010-2012).

Mientras, Costa de Marfil, que es entrenada por Sabri Lamouchi, antiguo internacional francés, demostró que es un equipo técnica y físicamente capacitado para llegar lejos en Brasil.