Celtic hace historia y deja tocado al Spartak de Emery

MADRID -- Spartak de Moscú sufrió una derrota dolorosa (2-3) ante el Celtic de Glasgow en el estadio Olímpico de Luzhniki, donde los escoceses lograron su primera victoria a domicilio después de 21 partidos en la máxima competición continental.

En un partido con muchas alternativas el combinado de Neil Lennon supo aprovechar una jugada clave en un momento complicado para el Celtic. Fue en el minuto 62, cuando la llave del éxito que saboreaba el Spartak se cerró de golpe por la expulsión con roja directa de Juan Insaurralde.

El argentino apareció para derribar a Hooper con un agarrón cuando era el último jugador y el delantero escocés enfilaba en solitario la portería rusa. Se ganó la expulsión y su equipo, con diez, se vino abajo y recibió dos tantos decisivos.

Hasta ese momento, los rusos ganaban 2-1 y dominaban con tranquilidad un encuentro que estaba destinado a dar tres puntos a la escuadra de Unai Emery, que todavía no ha puntuado en ninguna de las dos jornadas de su grupo.

Con el Barcelona y el Benfica en la pelea, el Spartak casi no puede fallar tras dos derrotas. Ahora, tendrá que hacerlo muy bien para seguir la estela de los escoceses y, sobre todo, de españoles y portugueses, favoritos de un grupo que cobra emoción tras este resultado.

Antes de ese fatídico minuto 62, el Spartak sufrió lo justo para ponerse por delante en el marcador. En la primera parte tuvo que remontar un gol de Hooper en una acción aislada de la escuadra escocesa. Al filo del descanso, el llamado gol psicológico lo hizo Emenike en una jugada perfecta de tres toques protagonizada por el sueco Kim Kallstrom, el brasileño Ari y el delantero nigeriano, que desde dentro del área no perdono el empate.

En la reanudación, Emenike volvió a erigirse como salvador del Spartak en un acto de ariete puro. Demostró tener olfato goleador para rebañar un rechace del guardameta Fraser Foster que acabó con el balón dentro de la portería del Celtic.

Con la tranquilidad de los tres puntos en el bolsillo, el Spartak pudo aumentar su renta, pero en el momento clave surgió una expulsión inesperada a la que siguieron dos goles históricos.

James Forrest hizo el empate y cuando el partido moría, el griego Georgios Samaras, con un certero cabezazo, logró lo inimaginable, que el Celtic ganara fuera de su estadio en la Liga de Campeones después de 21 partidos sin hacerlo.