River goleó a Quilmes y se consagró campeón del Torneo Final

BUENOS AIRES (DyN) -- Con actitud ganadora, contundencia y en un Monumental vestido de fiesta, River Plate lo hizo fácil ante Quilmes y con una goleada por 5-0 se consagró campeón del Torneo Final.

Después de seis años, y con el dolor aún presente por haber jugado en la B Nacional, River se dio el gran gusto de sentirse el mejor equipo del fútbol argentino y le regaló una exhibición a sus hinchas, que siguió con una fiesta a toda pompa.

Fernando Cavenaghi, en dos oportunidades, Gabriel Mercado, Cristian Ledesma y el colombiano Teófilo Gutiérrez decoraron la fiesta al marcar los goles de la cómoda y contundente victoria ante un Quilmes que no se pareció en nada al combativo equipo que una semana atrás se aseguró la permanencia en Primera tras ganarle a Gimnasia y Esgrima La Plata.

Fiel a la actitud que mostró siempre como local, River fue agresivo e intenso, virtudes que le permitieron resolver rápido el partido frente a un Quilmes que parecía estar en otra frecuencia y casi no se acercó a Marcelo Barovero.

El despliegue y toque corto y preciso de Cristian Ledesma, la verticalidad de Manuel Lanzini y los desbordes de Leonel Vangioni fueron las armas futbolísticas de un River que, rápidamente, a los 10 minutos abrió el marcador.

Vangioni envió un centro desde la izquierda, Carbonero ganó de cabeza y Benítez tapó bien abajo, pero el rebote le quedó a Cavenaghi, que definió con todo el arco a su disposición.

Con la ventaja, River le cedió la pelota a Quilmes pero la visita no tuvo argumentos para generar peligro, por lo que el equipo de Ramón Díaz aceleró nuevamente y logró estirar la ventaja a los 24.

Ariel Rojas ejecutó un corner desde la derecha, Maidana peinó en el primer palo y Mercado, solo sobre el segundo, apenas debió empujar.

River dominó con tranquilidad hasta el final y a los 42 pudo haber ampliado en un mano a mano que Walter Benítez le tapó a Rojas, tras una buena asistencia de Lanzini.

La segunda parte sirvió para que River construya una goleada inolvidable y le diera rienda suelta al festejo de los miles de hinchas que desde muy temprano colmaron el estadio.

A los 17 minutos Ledesma convirtió el gol más importante de su carrera y con un bombazo de más de 30 metros consiguió el 3-0, luego nuevamente Cavenaghi aprovechó una buena jugada colectiva y a los 25 marcó el cuarto, y finalmente Gutiérrez, a los 44, selló la goleada.

Quilmes nunca opuso resistencia y, con el partido definido, a un costado del campo, en el banco de suplentes, todo era emoción entre Ramón Díaz y Emiliano, su hijo y ayudante de campo.

Se abrazaron y lloraron; exteriorizaron todas las presiones contenidas a lo largo de un torneo en el que hasta se puso en duda su continuidad debido al flojo desempeño del equipo en las primeras fechas.

River celebró nuevamente a lo grande, como en sus épocas más gloriosas, y los hinchas lograron, al menos en parte, cerrar la que acaso fue la herida más grande de su rica historia.

El "Dale Campeón" que aturdía desde las tribunas y el comentario repetido de los hinchas de que "hoy River volvió a ser River", fueron la marca registrada en la tarde del flamante campeón.