- Gerardo Yecerotte (90'+2')
San Lorenzo eliminó a Bolívar y avanzó a la final de la Copa
LA PAZ -- San Lorenzo cayó en la noche de este miércoles 1 a 0 ante Bolívar, de
Bolivia, en los 3.650 metros de altura del estadio Hernando Siles,
de La Paz, y por primera vez en su historia llegó a una final de
Copa Libertadores de América, a partir del 5-0 obtenido hace una
semana en el cotejo de ida.
Cada vez más cerca de ese sueño que parecía quimera durante
la fase de grupos, en la que San Lorenzo se clasificó
angustiosamente para octavos de final, ahora el "Cuervo" afrontará
el juego final de ida el próximo miércoles en el estadio Defensores
del Chaco, de Asunción, ante el modesto Nacional paraguayo.
Los guaraníes, que eliminaron en la víspera a Defensor
Sporting, de Uruguay (2-0 en la ida y 0-1 en la vuelta), también
llegaron a la definición del certamen desde el último lugar de la
tabla general en primera ronda.
San Lorenzo, en tanto, arribará a este cierre después de
apabullar por 5 a 0 a los bolivianos en el Nuevo Gasómetro, con el
que clausuró anticipadamente la llave semifinal.
El local salió a presionar con desesperación en el arranque,
pero San Lorenzo aguantó a pie firme ese embate inicial y de a poco
los dirigidos por Edgardo Bauza empezaron a salir de su encierro.
Bien sostenido por su línea de cuatro, el conjunto argentino
se hizo sólido a partir de su defensa y fue creciendo en el medio
con la fórmula Juan Mercier-Néstor Ortigoza.
El resuello lo encontraba el "Ciclón" por las bandas, donde
se hacían fuertes Héctor Villalba con su velocidad por derecha e
Ignacio Piatti con su habilidad por izquierda.
De hecho, pese a ser un equipo corto entre líneas, San
Lorenzo se las arregló para forzar tres corners seguidos y
preocupar a la última línea local con el juego aéreo que resultó
decisivo para definir el partido de ida (convirtió tres de los
cinco tantos de cabeza) y, potencialmente, también la serie.
Y a tal punto llegó el buen rendimiento del conjunto dirigido
por el sapiente Edgardo Bauza, que al promediar la etapa inicial
los 4.500 hinchas azulgranas que coparon la denominada "curva sur"
hacían prevalecer su aliento por encima de los 30.000 hinchas
locales.
El final del período sorprendió entonces al visitante
haciendo pie y marcando presencia sobre los 3.650 metros de altitud
del estadio Hernando Siles, como si este factor no lo afectara en
el grado que se presumía.
Los cinco grados de temperatura con los que se jugó el
partido también colaboraron para que los jugadores sanlorencistas
acumularan esfuerzo pero no desgaste, lo que a caballo de un
inteligente planteo "made in Bauza" les permitía mantener el arco
defendido por Sebastián Torrico a buen resguardo.
El comienzo de la segunda mitad volvió a mostrar a un Bolívar
impetuoso, que al minuto de juego dispuso de la mejor chance para
abrir el marcador en los pies de José Luis Chávez, pero su
derechazo se fue besando el travesaño.
Sin embargo ese énfasis ofensivo no se extendió en igual
medida que en el arranque del cotejo, en buena medida porque el
conjunto argentino ya le había tomado la mano al partido y
circunstancias como las subidas por derecha del ex Independiente de
Avellaneda, Lorgio Alvarez, incluido para este juego por su buena
pegada, no provocaban zozobras.
Claro que con el transcurrir de los minutos el cansancio
empezó a hacer mella paulatinamente en el cuerpo de los futbolistas
visitantes, que ante ello intentaron arroparse más cerca de su
área, tornándole infranqueable el acceso por el medio a los
volantes del conjunto boliviano.
Y para ahondar la idea, el "Patón" decidió reforzar el fondo
armando una línea de cinco con el ingreso del zaguero Walter
Kannemann por Piatti, lo que también le otorgó sustentabilidad al
juego aéreo defensivo.
Después llegó la hora de oxigenar el medio con el ingreso de
Pablo Barrientos por un cansado Leandro Romagnoli y acto seguido la
variante obligada por un golpe que dejó dolorido a Mauro Cetto,
ocupando su lugar el recio Fabricio Fontanini.
Este último cambio ocurrió cuando transcurrían 30 minutos de
la etapa final y le permitieron a los azulgranas solventar sin
mayores apremios el cuarto de hora restante, más allá del agónico
tanto convertido por Gerardo Yecerote en el descuento.
Y en el epílogo, cuando muy lejos había quedado ese
conmovedor minuto de silencio de la apertura por el deceso del
presidente de AFA, Julio Grondona, sobre el deteriorado campo de
juego del Hernando Siles un pequeño grupo de sacrificados
futbolistas vestidos de rojo y azul celebraron el paso a la primera
final de la historia para San Lorenzo, que en tres oportunidades
anteriores se había quedado en semifinales.