Los cracks catapultan al Barça

BARCELONA (Jordi Blanco | Corresponsal) -- Al paseo del Madrid respondió el Barça con vértigo. Al líder no le costó nada remontar el gol de la Real Sociedad el sábado y el Barça sufrió de lo lindo para voltear por dos veces al Villarreal el domingo. Neymar y Messi, socios y genios, se encargaron de dar la victoria al equipo de Luis Enrique para mantener el pulso a los de Ancelotti y el barcelonismo respiró con alivio después de una noche tan fría como pasional.

El Villarreal, que sumaba 18 partidos sin perder, puso contra las cuerdas al Barça, le enseñó al Atlético cómo plantarle cara sin enloquecer en ataque y rozó la proeza de llevarse al menos un empate que mereció por atrevimiento. Pero el Villarreal, un equipo compacto en el que los hermanos Dos Santos muestran galones con un fútbol que nació en azulgrana, no tiene en sus filas ni la picardía genial de Neymar ni la clase soberbia de Messi. Y los cracks del Barça fueron los que acabaron sentenciando la victoria para el equipo de Luis Enrique.

El Barça se diría que se ha acostumbrado al gusto por el vértigo y que se encuentra más cómodo con un juego de ida y vuelta. Lo demostró el desgobierno que se contempló en muchas ocasiones de la segunda parte, después de un primer acto en que respondió sin excesivo ímpetu al gol sorprendente de Cherysev, que remató se diría que sin querer un remate que salía desviado de Mario Gaspar.

Sucedió después de media hora en que el Villarreal avisó y el Barça controló con calma, sin excesivas urgencias y que se dirigió hacia el descanso en igual condición. Más dominante, pero sin una verticalidad que le prohibía el buen posicionamiento del submarino amarillo...

Hasta que la fortuna se le apareció al equipo catalán en un disparo que rechazó mal Asenjo para que Neymar lo rematase a la red. En el último suspiro de una primera mitad en que Suárez, otra vez, volvió a estar negado ante portería.

Cuesta entender la mala fortuna del uruguayo en un equipo pensado y tramado a partir de sus delanteros. Su lucha es encomiable y su calidad indiscutible. Pero la puntería le ha dado la espalda. Escuchó ánimos de la hinchada primero y algún pito después. Pero el ambiente se olvidó de él a la que en cuatro minutos todo explotó.

Giovani se aprovechó de un error de Piqué y maravilló con una jugada excelente que sirvió para que Vietto congelase el ambiente con el 1-2. Pero para entonces ya estaba el Barça revolucionado y en apenas cuatro minutos le dio la vuelta a la tortilla, por medio de Rafinha para igualar y, no podría ser otro, Messi para concretar la costosa remontada.

Frío intenso en el ambiente, pero pasión agradecida en el campo, el Barça respondió al Madrid con una volteada tan costosa como vital. Desde que el Getafe igualó en el Camp Nou la pasada temporada ningún rival había marcado dos goles... Pero a diferencia de entonces, de aquel terrible fin de curso, el equipo de Luis Enrique tiene el alma entregada a la causa. Solo así se explica esta victoria trabajada como pocas.