Entre los dos grandes de América

PORTO ALEGRE (EFE) -- El Internacional protagonizará con el Sao Paulo otra final brasileña de la Copa Libertadores gracias a su contundente triunfo del jueves por 2-0 sobre el Libertad paraguayo.

El Internacional demoró 62 minutos para rematar de lejos a la portería de Horacio González y en apenas cinco, con esta simple fórmula, firmó su clasificación para la final de la Copa Libertadores, un acontecimiento que no se veía hace 26 años.

En aquella oportunidad el conjunto de Porto Alegre perdió el título con el Nacional uruguayo.

El centrocampista Alex despejó el camino con un remate venenoso de treinta metros, a los 62 minutos, y el delantero Fernandao marcó a los 67 con un tiro seco, ante el desconcierto del conjunto paraguayo, que hasta entonces controlaba el encuentro sin mayores exaltaciones.

Brasileños y paraguayos habían empatado sin goles el partido de ida de la semifinal disputado el 27 de julio en Asunción.

El Sao Paulo, campeón vigente de la Copa Libertadores que dejó en el camino al Chivas mexicano con un victoria a domicilio por 1-0 y una goleada por 3-0 anoche en casa, será el anfitrión del primer partido de la final, el próximo miércoles en el estadio Morumbí.

El compromiso decisivo por el título será disputado en el estadio Beira-Río, de Porto Alegre.

El entrenador Abel Braga encontró la fórmula para abrir el cerrojo del Libertad al sacar jugadores de la mitad de la cancha, donde los forasteros hacían mayoría, y poblar su delantera con el ingreso del colombiano Wason Rentería.

El Libertad, que se jugaba el partido más importante en sus 101 años de historia, cumplidos el 30 de julio pasado, no encontró salidas urgentes para contrarrestar la desventaja.

El partido pintó desde el comienzo favorable para un conjunto aplicado en la marca y peligroso con su rápido desdoblamiento ofensivo.

Roberto Gamarra, con un remate de larga distancia hizo el primer ensayo ofensivo del Libertad ante un equipo que no supo administrar en el primer tiempo la ansiedad.

Presionado por su público para resolver con rapidez el partido, los colorados de Porto Alegre jugaron movidos por el nerviosismo y con mucha imprecisión en los pases.

El Libertad pareció jugar a gusto, a pesar de la presión de un estadio colmado hasta las banderas.

Con un esquema de tres jugadores en el fondo y cinco en el mitad de la cancha, el equipo del "Tata" Martino frenó la circulación del balón y lo mantuvo lejos de la puerta de González.

Para el segundo tiempo el técnico Braga reagrupó a sus hombres para evitar que Edinho y Fabinho fueron superados una y otra vez en la tarea de contención, como ocurrió en los primeros 45 minutos.

Los movimientos parecieron no surtir efecto y en apenas dos minutos, a partir del 58, Pablo Guiñazu y Cristian Riveros desperdiciaron dos oportunidades claras de romper la resistencia de Clémer.

Braga envió a Wason Rentería a cambio de Fabinho. Con tres delanteros fijos, el creativo Alex tuvo más espacio para transitar al frente y en uno de esos callejones aprovechó un lanzamiento a distancia para sorprender al guardameta González.

Corrían 62 minutos y la paz volvía a un equipo en el momento que peor jugaba.

Sin sacar el pie del acelerador, el equipo brasileño siguió al frente y en otra jugada masiva Fernandao engañó a la defensa con un amague para entregar el balón a Rentería, antes de soltar un remate seco al ángulo derecho para poner la puntilla.