Nacional de Paraguay hizo ruido al empatar en la visita a Mineiro

RÍO DE JANEIRO (EFE) -- El Nacional paraguayo contuvo al Atlético Mineiro brasileño, actual campeón de la Copa Libertadores, y arrancó un empate 1-1 de Belo Horizonte con el que apretó la clasificación del Grupo 4.

Ronaldinho adelantó al Atlético Mineiro de penal después de haber fallado otro lanzamiento desde los once metros, y Marcos Riveros empató para el Nacional con un espectacular tiro libre en la primera parte.

Con dos jornadas pendientes, el Atlético Mineiro lidera el grupo con ocho puntos, seguido del Nacional, que ahora suma cinco, el Santa Fe colombiano y el Zamora venezolano, ambos con cuatro.

En una primera parte irregular, el Atlético Mineiro sólo creó ocasiones a balón parado y dejó que el Nacional se creciera en los últimos minutos antes del descanso.

El conjunto paraguayo, contento con el empate, se replegó en la segunda mitad y anuló a un Mineiro falto de ideas y de velocidad para superar a una zaga compacta como la paraguaya.

A pesar de su empuje inicial, el Atlético Mineiro tenía poca llegada y sólo se acercó al arco rival en sucesivas jugadas a balón parado, todas ellas con Ronaldinho de protagonista.

Ronaldinho malogró la primera, un penalti en el minuto 13, fruto de una falta sobre Diego Tardelli, y que fue despejado por Ignacio Don con un salto acrobático hacia la derecha.

Poco después, en un tiro de falta se generó el segundo penal, cuando dos defensas de la barrera, formada dentro del área, desviaron con la mano la trayectoria del balón.

En su segundo intento desde los once metros, Ronaldinho cambió de lado, apuntó a la izquierda del arquero, y consiguió el gol que dio paso a una etapa de juego de un mayor dominio visitante.

La igualada llegó en una falta al borde del área, que Marcos Riveros ejecutó con rosca por encima de la barrera, al palo corto, que tocó el larguero junto a la escuadra antes de entrar.

Tras el descanso el Atlético Mineiro se creció, rondó el área paraguaya con más asiduidad y ello le llevó al técnico Gustavo Morínigo a ordenar cerrar las líneas a su equipo, con la pretensión de, por lo menos, amarrar el empate.

Los últimos 20 minutos fueron un monólogo del campeón de la Libertadores, pero hoy no le funcionó la táctica del acoso y derribo ante una muralla de defensas bien plantada en la frontal del área.