Celta le ganó a Granada

VIGO -- El Celta se reencontró con el triunfo en el estreno de Abel Resino en el banquillo de Balaídos y alimenta sus opciones de lograr la permanencia después de derrotar al Granada (2-1), un rival directo en la lucha por eludir el descenso.

El equipo gallego afrontó el partido con la intensidad que había demandado el técnico toledano. En apenas cinco minutos los celestes pisaron tres veces con peligro del área visitante, con una doble ocasión para el argentino Augusto Fernández que desbarató Toño.

Pero el efecto Resino duró un cuarto de hora. El Celta no aguantó el ritmo y poco a poco el Granada ganó protagonismo en el duelo, especialmente con las internadas del lateral francés Nyom y de Nolito en la banda izquierda.

El Celta tenía el balón pero apenas hacía daño a un rival muy bien plantado sobre el terreno de juego, hasta que Iago Aspas se benefició de un rechace para quedarse solo en el área nazarí y batir a Toño con un sutil remate.

Pero la llegada de Resino, que apostó de salida por los mismos futbolistas que venían actuando con Paco Herrera, no sirvió para que los vigueses solucionases sus habituales fallos defensivos.

En el minuto 27, sólo cuatro después del tanto de Aspas, el internacional nigeriano Ighalo explotó un desajuste de la zaga celeste para superar a Javi Varas con una espectacular volea.

Un tanto que hizo mucho daño a un Celta que por momentos se descosía en el centro del campo. En el minuto 36, en una acción similar a la del primer gol andaluz, el lateral Nyom volvió a aparecer por la banda derecha pero esta vez el remate de Torje se marchó ligeramente desviado.

En la segunda parte el encuentro ganó en emoción, sobre todo porque la necesidad del Celta le obligó a asumir riesgos defensivos. Pudo Alex López adelantar a su equipo a los tres minutos de su reanudación, pero su lentitud permitió a Nyom llegar desde atrás para evitar su remate.

Con el paso de los minutos el partido se rompió definitivamente. Ighalo cerca estuvo de adelantar a su equipo con un remate que se estrelló en el larguero. Eran los mejores de momentos de un Granada que hacía daño por los costados.

El Celta estaba tocado, sin ideas, pero a falta de nueve minutos armó un rápido contraataque que Bermejo, con mucha suerte, remató al fondo de la red. Pero el equipo gallego no sabe ganar sin sufrir.

Sólo un minuto después de adelantarse cometió un error infantil en defensa que cerca estuvo de condenarlo. La vaselina de Aranda se marchó lamiendo el larguero. Y en el descuento, después de que Quique de Lucas fallara un mano a mano ante Toño, Brahimi enmudeció Balaídos con un centro que se paseó por el área celeste sin que ninguno de sus compañeros lograra rematarlo.