Goliza para recibir a Martino en la Liga

BARCELONA (Jordi Blanco) --

Supersónico en una presentación estelar, el campeón volvió a la Liga ofreciendo una exhibición de 45 minutos en que aplastó al Levante como quiso. El Barça de siempre, en un guiño al pasado de Gerardo Martino, comenzó el campeonato a todo ritmo y si las sensaciones con que acabó el último curso invitaban a la reflexión, las que mostró en este inicio invitan a soñar.

Un tiki-taka excepcional en el que el entrenador comenzó dando muestras de intervencionismo, reservando a esa banda izquierda que tanto promete con Alba e Iniesta, dejando en el banquillo a Neymar para darle el protagonismo al equipo campeón y, toda uyna declaración de intenciones, sacando del campo a Messi a falta de 20 minutos para la conclusión, una situación apenas vista con el '10'.

Sin que el Levante le hubiera tomado las medidas al terreno de juego, el Barça ya dominaba en el marcador. Apenas necesitó dos minutos Cesc para empezar el recital regalando el 1-0 a Alexis y diez después, en una jugada de tiralineas Messi, la guinda del ejercito culé, marcaba el segundo.

Nada fue capaz de hacer el Levante para frenar el recital. Enchufado como en sus mejores días, con una presión asfixiante que empezaba por sus delanteros, el equipo azulgrana se dio un homenaje por todo lo alto que convirtió las posibles dudas de la hinchada en felicidad y que dejó a la vista que no es, para nada, utópico imaginar que el Barça que cierre este 2013 recuerde a aquel de 2008, cuando Guardiola lo convirtió en una máquina.

Lo visto en la primera mitad fue digno del mejor de los récords. Desde febrero de 2001, ante el Athletic de Bilbao, no lograba el Barça media docena de goles. Pero a diferencia de aquel dudoso equipo de Serra Ferrer, éste de Martino los convirtió sin dar respiro a un contrincante superado por las circunstancias.

Y esperando el liderazgo absoluto de Messi, el campeón reencontró la mejor versión de Cesc, asistente en tres goles y que completó un partido sobresaliente. A su lado, Leo, mostrando la imagen de un juvenil, peleó como un cosaco cada balón, regaló pases mágicos y marcó las dos dianas de rigor. Nada noticiable, pero siempre en orden.

La tarde, redonda, incluso tuvo el detalle de ofrecer a Xavi marcar un gol el día en que cumplía 15 años desde su debut oficial con el primer equipo. Una diana que llegó tras otra jugada de tiralineas.

Sentenciado todo con 3 goles en apenas 22 minutos, el Barça no aflojó el ritmo hasta el descanso, provocando una asfixia que ni en el peor de los sueños pudo imaginar. Con los laterales sobrepasados una y otra vez, la segunda línea azulgrana se convirtió en una pared ya imposible de superar. Arrodillado sin remisión, el equipo de Caparrós pareció pedir clemencia desde muy pronto. Y la obtuvo en el segundo acto.

Tras el aplastamiento inicial, el Barça se dedicó a gustarse en la continuación. Marcó solo un gol, tonto por un error garrafal, aunque pudo sufrir otra sangría si el campeón hubiera querido.

No hubo secreto. Presionando arriba y con un hambre impresionante, el campeón está de vuelta. Con su mejor versión. Dándose un homenaje y mirándose en el espejo de aquel equipo que no hace tanto maravilló al mundo del fútbol.