Real Madrid venció al Espanyol con gol de Karim Benzema

BARCELONA (Jordi Blanco/Corresponsal) -- El Real Madrid sacó medio billete para las semifinales de la Copa del Rey imponiéndose en Cornellá al Espanyol por el mismo 0-1 con que ganó la pasada semana en el partido de Liga. Pero tras 90 minutos muy distintos al de aquel encuentro.

El equipo blanquiazul, en cuyo once inicial Javier Aguirre introdujo no pocos cambios tuteó a un poderoso rival en el que Ancelotti apenas reservó a Xavi Alonso para dar minutos al joven Illarramendi.

Venció el equipo merengue gracias a un remate de cabeza de Benzema mediada la primera mitad, en que se benefició del error, grave, de marcaje de Raúl Rodríguez, pero a partir de esa diana, amén de un par de avisos de Cristiano y Bale, no mostró sus galones ante el orden y empuje local.

Apocado de entrada el Espanyol, poco a poco se fue soltando en el campo para discutir la superioridad madridista. Y convirtió la segunda mitad en un continuo atrevimiento que, desde luego, mereció más suerte. Aguirre, viendo que perdía la batalla del centro del campo, dio entrada tras el descanso a Alex Fernández y los periquitos mutaron de asustadizos a valientes.

El Madrid, de no producirse una sorpresa inesperada en el Bernabéu, disputará las semifinales de un torneo en el que el Espanyol le había eliminado en sus dos últimos enfrentamientos, pero el grupo del Vasco ofreció tan buenas sensaciones como mala suerte debió lamentar. Sin duda en una jugada en que John Córdoba, que entró de refresco en la recta final, tuvo el empate en su poder para estrellarse en un soberbio Iker Casillas.

Más aún, en el último minuto, Sergio Ramos le salvó el gol a Alex Fernández para pesar de Espanyol lanzado en la recta final, en un agobio absoluto que degeneró en una última jugada en que se pidió un penalti por manos de Illarra que no concedió el árbitro.

Relanzado en la Liga, el Real Madrid no mostró músculo, quizá porque no lo estimó del todo necesario, en este duelo de Copa. Jugó en el alambre en una segunda mitad en que fue superado por la intensidad, ilusión y valentía del equipo blanquiazul, que después de asistir a una primera mitad en que Modric se convirtió en el protagonista del juego, decidió tomar las riendas.

Bien plantado en el centro, rápido en las transiciones y atrevido en la presión, el Espanyol mereció mejor resultado. Le faltó acierto en el remate final y comenzó a despedirse de su aventura en la Copa.

Nunca había perdido en este torneo el club catalán en casa frente al Real Madrid. La lógica apuntaba a que acabase ocurriendo y ni los aplausos sentidos y de ánimo de Aguirre a sus hombres al acabar el partido evitaron la frustración de un Espanyol que deberá acudir a Madrid a por un auténtico milagro.

Lo que quedó claro es que el Madrid, más allá de su calidad incuestionable, no mostró esta vez en Cornellá el poder que se le debería suponer.