Ya consiguió el ansiado pasaporte

NUREMBERG (EFE) -- Inglaterra logró saltar el muro defensivo de Trinidad y Tobago para vencerlo 2-0, con goles de Peter Crouch y Steven Gerrard, en los últimos minutos de juego, y se ha situado en los octavos de final del Mundial de Alemania 2006.

Fueron 83 los minutos de insistencias y sufrimiento de los ingleses para abrir el marcador, hasta que un centro impecable de David Beckham seguido de un remate de cabeza de Crouch tumbaron a los trinitenses, que estaban a punto de completar una faena defensiva fenomenal, como la que le dio un punto en su debut ante Suecia.

Casi sobre el final del partido, en el que reapareció Wayne Rooney en la segunda parte, Steven Garrard logró el segundo con un fuerte remate de media distancia.

La exasperante intrascendencia del juego inglés en la primera parte denunció algunas carencias de creatividad de sus medios y cierta desidia para buscar espacios que desarticularan el férreo sistema de marcajes de su rival.

Trinidad y Tobago levantaba murallas frente a su portería, pero Inglaterra perdía el balón lejos de esa zona. Lampard y Gerrard arrancaban con velocidad y movilidad y finalmente resultaban bloqueados cuando intentaron jugar con Owen y Crouch, mientras que a Beckham lo controlaba sin mayores esfuerzos Theobald.

Quedaba claro que los trinitenses no estaban dispuestos a modificar su planteamiento defensivo y que poco les interesaba lo que podría ocurrir en el otro extremo del campo, lo cual entendió Lampard, el jugador del equipo europeo que mejor leyó el partido y el que más probó con remates a la meta rival desde la media distancia.

Uno lo paró con dificultades el portero Hislop a los 5 minutos, el segundo pasó rozando el palo derecho de éste a los 15 y el tercero, tras una media vuelta, salió del campo un poco más desviado que el anterior a los 41.

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Peter Crouch, con su cabezazo, abrió el arco de Trinidad y Tobago en un partido clave para clasificarse. Leer

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Owen tuvo problemas para entrar en juego porque siempre estaba marcado y Crouch desperdició a los 40 minutos una buena oportunidad de anotar para Inglaterra, cuando remató desviado tras recibir el mejor pase salido de los pies de Beckham en el primer tiempo.

Al fin y al cabo, en ese período la posibilidad de gol más clara la tuvo Trinidad y Tobago a los 43, en el único ataque a fondo ensayado hasta ese momento, cuando Stern John remató de cabeza con la portería libre y Terry rechazó el balón debajo del larguero.

En el comienzo de la segunda parte el conjunto del holandés Beenhakker avisó que podría atreverse a lanzarse al contraataque y lo intentó en un par de ocasiones, aunque con tibieza.

El partido no pintaba bien para Inglaterra y entonces el técnico Eriksson mandó al campo a Rooney (por Owen) y Lennon (por Carragher) a abrir la cancha para que éste último asistiera desde la banda derecha al goleador que reaparecía tras una seria lesión.

Trinidad y Tobago, que defiende con cinco zagueros el línea cuando el rival recoge la pelota en el medio del campo, retrasó más al batallador Birchall y decidió hacer frente al nuevo plan ofensivo inglés con salidas rápidas y balonazos largos para buscar a Glen y Stern John en el ataque.

Inglaterra estaba al borde del ataque de nervios y pese a que comenzó a llegar con más frecuencia a la meta de Hislop en el último cuarto de hora, siempre hubo un trinitense atento para rechazar.

Los centros buscaban la cabeza de Crouch, pero tampoco se podía de esa manera vulnerar la pared, hasta que Beckham le puso el balón en la frente a los 83 minutos e Inglaterra respiró profundo, con alivio.

En el minuto 91, Gerrard decoró la victoria con una remate de larga distancia que resultó demasiado para Hislop.