Gracias al héroe llamado Ricardo

GELSENKIRCHEN (EFE) -- La selección portuguesa, de nuevo ayudada por una tanda de penales ante Inglaterra (3-1), se clasificó para las semifinales del Mundial, ronda a la que tan sólo había llegado en 1966 conducida por el genio de Eusebio.

Como dos años antes, en la Eurocopa, Inglaterra volvió a tropezar desde el punto de penal con el equipo de Luiz Felipe Scolari, que llegó a esta instancia pese a jugar con un hombre más durante una hora, por la rigurosa expulsión de Wayne Rooney.

A Inglaterra y, sobre todo a su entrenador Sven Goran Eriksson, no le queda más que desconsuelo. Se vació, tuvo coraje, pero no acierto y despide a su entrenador, que ya tiene sustituto, sin haberle podido ganar a "Felipao" en los tres envites que tuvo (Corea-Japón, Eurocopa 2004 y Alemania 2006).

Portugueses e ingleses ofrecieron un partido más emotivo que brillante, condicionado por el calor asfixiante que hizo en el estadio cubierto de Gelsenkirchen y por las precauciones de ambos.

Como era previsible, el conjunto de Scolari notó la ausencia de Deco, porque los intentos de Luis Figo por jugar entre líneas fueron casi siempre estériles.

Inglaterra, mientras, fue cautiva del "plan B" de Eriksson, el que ya decidió poner en marcha contra Ecuador, que supedita la brillantez a la seguridad.

Con un único punta (Wayne Rooney) y cinco hombres en el centro del campo, Owen Hargreaves, colocado por delante de la defensa, se ha convertido en la referencia del juego inglés, lo que supone una carga excesiva para el centrocampista del Bayern.

Ahogados ambos conjuntos por el calor, los portugueses fiaron sus posibilidades a la rapidez de Cristiano Ronaldo, que siempre puso en apuros a Gary Neville, y los ingleses a que algún balón llegase en condiciones a Wayne Rooney.

Por eso, Paul Robinson no se vio exigido más que en un disparo de Ronaldo y Ricardo Pereira no necesitó más que un par de buenas intervenciones, ante Rooney y Frank Lampard, para mantener el empate inicial hasta el segundo tiempo.

Todo cambió tras el descanso. Inglaterra, que salió del vestuario con mayor afán ofensivo, se vio golpeada por la fatalidad, cuando ya había avisado con un par de disparos de Lampard y Cole que se fueron altos.

Primero fue la lesión de su capitán, David Beckham, que fue sustituido por el joven Aaron Lennon y, a la hora de juego, la expulsión de Wayne Rooney.

"Roo", que acaparó las portadas de los tabloides británicos como símbolo de los deseos de venganza ingleses, cayó en la trampa portuguesa y, delante del árbitro, mantuvo un forcejeo con Tiago con el balón por medio, que el luso se encargó de convertir en una tarjeta roja.

La respuesta inglesa, sin embargo, fue notable. Eriksson envió al campo a Peter Crouch y, con el larguirucho delantero del Liverpool como pivote, Inglaterra trató de llevar la iniciativa.

LA FIGURA DEL PARTIDO

El arquero Ricardo atajó tres penales en la definición para guiar al equipo luso a las semifinales Leer

Califica este partido

Pudo marcar, si Lennon (19 años) no hubiese temblado cuando se vio solo con el balón, tras un rechace de Ricardo a un golpe franco de Lampard (m.83) y tuvo un último arrebato de coraje, con todo el equipo volcado sobre la portería lusa, pero como Portugal tampoco supo explotar su superioridad, no hubo más camino hacia la semifinal que la prórroga.

Y en ésta, la selección portuguesa no fue capaz de aprovechar el cansancio inglés, no tuvo más recurso que los lanzamientos desde fuera del área y, salvo un gol de cabeza de Helder Postiga, anulado por fuera de juego, no llevó demasiado peligro al arco de Robinson.

Como dos años antes, todo quedó a expensas de una tanda de penaltis, sin Beckham ni Figo, en la que Portugal fue menos mala y que gracias a los errores de Lampard, Gerrard y Carragher, entra por segunda vez en su historia en una semifinal mundialista.