Victoria que saca a México de su cautiverio

KINGSTON, Jamaica (Rafael Ramos Villagrana) -- No fueron sus mejores 90 minutos, ni derramó exquisiteces en la cancha, pero México escapa de los lastres que le hundían en el Hexagonal Final de la Concacaf.

1-0, sobre Jamaica, en el Estadio Nacional de Kingston. Y salda algunas de sus cuentas pendientes: finalmente gana en el Hexagonal; aparece en un truco aritmético como líder de la competencia, y empieza a cumplir la misión de ganar siete de nueve puntos en el Vía Crucis previo a la Copa Confederaciones.

El gol lo marca Aldo de Nigris, en el único momento explosivo de su permanencia en la cancha, y en el único momento en que sus sabuesos jamaiquinos lo abandonaron. No hizo más en el juego, ni lo necesitaba.

Sí, el gol lo hizo De Nigris, pero la victoria lleva la firma de Jesús Corona, quien ante repetidos fusilamientos mantuvo la ecuación victoriosa del 1-0 para México.

CAUTELA...

Con prisa, pero sin precipitarse. Fundamento de su paciencia. México juega en cancha ajena, pero ensancha su territorio. No es sólo la capacidad de manejar mejor el balón. Jamaica tira la carnada y ensaya latigazos.

Mientras los caribeños catapultan a sus velocistas con carambolas de vértigo a tres bandas, México hace sociedades, especialmente por derecha, donde Pablo Barrera no aparece fino, y la consigna de ataque busca un rascacielos de frente noble en Aldo de Nigris.

El Tri además se siente cómodo. En la tribuna no hay la cultura de la pasión por el futbol. El llanto destemplado de la vuvuzela parece ser su mejor arma. Pero entre la comodidad y el aburguesamiento sólo hay un paso a la rendición.

Pero en medio de esa parsimonia del juego, Pablo Barrera no ensarta una aguja en el área, y Andrés Guardado pierde las que intenta y pierde las que disputa. ¿Gerardo Torrado? Paga la cuota de lentitud y en el mano a mano, desbordado. ¿Chicharito? De doméstico de De Nigris, quien por lo visto tiene estrictas órdenes de esperar vegetando en el área.

Con ese libro abierto, en los últimos 15 minutos de juego, los Reggae Boyz cambian la apuesta. Suman relevos por las bandas y llegan a fondo. Dos balones aéreos exigen acrobacias de Maza y Reyes. El drama termina en el tiro de esquina. Jamaica ya vio las puertas: el Tri deja franjas abandonadas entre sus defensas y sus contenciones por los extremos.

Y en la mejor oportunidad de México, entre el acoso jamaiquino, Chicharito sacude el poste derecho a los 32, pero la respuesta inmediata, consecutiva, en el área mexicana, declara estado de histeria e incredulidad cuando McCleary y Vaughn ven secuestrados sus remates por despliegues desesperados de Diego Reyes.

ROMPE EL ICEBERG...

En la modorra colectiva de la reanudación, México bautiza el marcador de esperanza mundialista. Carlos Salcido ratifica su regularidad al frente. Levanta y mide. Implora el resorteo de Aldo De Nigris. Cita a ciegas. El regio abre el regalo en el área, cabezazo certero, impecable e implacable. 1-0.

El festejo es casi una ofensa en la isla de dolor de Kingston. El silencio doloroso de los jamaiquinos es más ruidoso que la euforia misma de los mexicanos: se mastica en decibeles de impotencia.

Los Reggae Boyz saben que no hay tiempo para lamentos ni desconcierto. El abordaje inmediato encuentra el héroe eventual en Jesús Corona. Remates de Woodbine y Austin, de esos curados en venenos, de esos que exigen al portero más allá del intento, el milagro. Y Corona aborta el abordaje.

El 1-0 le permite al Tri cazar dos presas: el reloj y a Jamaica. El tiempo lo consume con la pericia del que tiene el control, e incluso Chicharito estremece al portero Ricketts al 61', como para dejar en claro que ceden en terreno, pero no en intenciones.

Queriendo recuperar el tiempo perdido, Austin, McCleary, Mattocks y Elliot incentivan el asedio sobre José de Jesús Corona, en remates en los que les concede tiempo y espacio la defensa mexicana, separada en una llanura de su línea de recuperación, a pesar de los esfuerzos de Jerry Flores quien había tomado el relevo a Pablo Barrera.

Jamaica mantiene el asedio. Los minutos finales son de tragar saliva para el Tri, pero precipitación y desesperación de los jamaiquinos, encuentran además a un Corona que hace el derecho de apartado como titular del Tri.

Y se viene el viernes Panamá. Pero la primera aduana ha sido superada. Sí, con el gol de De Nigris, pero con las huellas inconfundibles de Jesús Corona.