Media clasificación adentro

ROMA (EFE) -- El Roma cayó por primera vez en su campo desde el 28 de septiembre del pasado año, al ser derrotado por el Manchester por 0-2, en partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones, en el que puso ganas, voluntad y pundonor, pero en el que triunfó la sangre fría del conjunto inglés.

El resultado pone al Roma muy cuesta arriba el pase a semifinales en el encuentro de vuelta, donde quizás deba estar más pendiente de no encajar otro 7-1 como el que soportó el año pasado en Old Trafford, cuando fue eliminado de esta misma ronda.

Habrá quien le eche la culpa a la ausencia del alma del equipo, su capitán Totti, si no fuera por ese 7-1, una espina que los del Roma, antes del partido dijeron querían quitarse. Ya tienen dos.

En la primera parte los romanistas salieron con ganas e impusieron presión, pero cortó bien la defensa del Manchester, sobria y segura de sí misma, incluso después de que en el minuto 29 se lesionara Vidic y fuera sustituido por O'Shea.

La primera vez que el Manchester llegó y remató con cierto peligro, fue en el minuto 12; el Roma, lo hizo en el 16, con un cabezazo de Panucci que salió por encima del trevesaño.

A partir de ahí, el Roma logró encajonar al Manchester, pero la segunda vez que los diablos rojos se acercaron al arco de Doni, en el minuto 39, marcaron gol; es lo que tiene poseer una de las delanteras más ofensivas de Europa.

La jugada fue una combinación entre Rooney y Scholes con pase para Cristiano Ronaldo que cabeceó a la red.

En la segunda parte, conscientes de que un 0-1 era muy adverso para remontar en Old-Trafford, el Roma presionó desde el primer momento e insistió ante la puerta de Van der Sar, con ocasiones claras, pero desperdiciadas, como la de Panucci en el minuto 7, que disparó muy alto el balón que le entregó Manicini de cabeza.

Además, cuando no fueron fallos propios, fue la defensa del Manchester o su portero los que acabaron con las aspiraciones que el Roma puso en un disparo de Giuly, que acababa de sustituir a Taddei, o un cabezazo Vucinic, en el minuto 18.

Y así, hasta que los del Manchester se acercaron otra vez a la portería del Roma, en el minuto 21, y anotaran el segundo tanto. El gol fue de Rooney con ayuda del portero Doni, que no retuvo un cabezazo de Park, lo que permitió al punta rematar a portería entre dos defensas.

Ese gol, que los que creen en la justicia del fútbol juzgarán inmerecido, echó un jarro de agua fría sobre el Roma, que en ese momento se desinfló, lo que permitió un disparo de Cristiano Ronaldo, al poste, y otro de Carrick, que se desvió del palo por unos centímetros.

El partido se acabó en ese momento y los jugadores del Manchester se divirtieron con filigranas, quizá demasiadas, porque por lucirse perdieron oportunidades que en otra ocasión no habrían perdonado.

Al final, el pundonor del Roma se tradujo en una docena de córneres y la frialdad del Manchester en dos goles.

La derrota del Roma muestra, además, que los británicos le tomaron el tiempo este año a los equipos italianos, ya que todos han perdido en casa: el Liverpool ganó al Inter 0-1 y el Arsenal al Milan 0-2.