PSV sufre fuerte golpe a esperanzas al título en Holanda

En Eindhoven se disputaba una auténtica Final en la Eredivisie. La última parte de la campaña así lo dictaba. Dos equipos quedan en la pugna y el ganador sabía que tendría muchas más opciones de quedarse con el título. Había tensión. Nadie quería fallar y los nervios eran notables. El Ajax, sin embargo, fue el que mejor lo supo entender y lidiar con la situación. Dio un golpe seco y seguro y se llevó el Clásico de Holanda para acercarse al ansiado objetivo.

Si el PSV se quedó en el límite de eliminar al Atlético de Madrid en la Liga de Campeones a mitad de semana, ahora tenía una revancha en Liga para dar un paso firme con dirección al campeonato. Una desatención en la defensa a comienzo del encuentro fue suficiente para determinar el rumbo de la batalla que quedó en manos del Ajax.

Andrés Guardado y Héctor Moreno se miraron entre sí y se fueron con los bolsillos vacíos. Los mexicanos fueron titulares y no pudieron aportar lo suficiente para evitar la debacle. En la defensa se perdió la marca y Arkadiusz Milik aprovechó para rematar de cabeza y marcar apenas a los dos minutos de juego. Desde ahí se encaminó la victoria. No se necesitó más.

El PSV quiso remar contra corriente, pero nunca encontró la manera de causar estragos ante sus antagónicos, que bien parados sobre la cancha, defendieron sus tres puntos a sabiendas de la valía que tenían.

La desesperación normal de ir en desventaja y no saber cómo revertir la situación, llegó a Eindhoven. No había manera de doblegar a un Ajax seguro y sólido en defensa. Era su oportunidad y no la querían desaprovechar.

A 14 minutos de que culminara la batalla llegó el golpe del nocaut que dejó sin opciones al PSV. Anwar El-Ghazi fue el responsable de ello. Los tres puntos se fueron para Ámsterdam, donde ya se preparan para festejar. El título está en sus manos y depende de ellos si lo mantienen o lo dejan de nueva cuenta a la deriva.