Griezmann, héroe clásico del Atlético Madrid

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Paola Nuñez. Corresponsal.

En Madrid sigue mandando el Atlético, que dejó al Real Madrid fuera de la contienda por el título de Liga con una victoria por 1-0 en el derbi de la capital española disputado en el Santiago Bernabéu.

El efecto Zidane no aguantó ni una derrota. Volvieron las rechiflas, los pañuelos blancos y los gritos de "¡Florentino dimisión!" a una grada que no aguanta un fracaso más.

Sorprendió el conjunto merengue, pero no por el potencial ofensivo, sino por la cautela con que encaró el derbi madrileño.

Sin ideas, sin chispa, no parecía recordar que se estaba disputando un clásico. Que quien lograra sacar los tres puntos daría un golpe de muerte a un rival histórico al tiempo que se mantenía en la pelea por el título, por remota que sea la posibilidad de que Barcelona deje nueve puntos tirados en el camino. Habría frialdad hasta en la grada, donde la Liga se dio por perdida desde noviembre.

El equipo de Zidane se dejó maniatar por el Atlético de Madrid, que jugó a lo de siempre, a blindar a Jan Oblak, anular la media rival y a partir de ahí, rezar por una oportunidad a la contra, porque Filipe Luis lograra burlar a Dani Carvajal para filtrar un balón al área o que la presión de Torres sobre los centrales surtiera efecto. Y se salió con la suya. Benzema y James dejaron la cancha sin haber pisado el área una sola vez o haber creado oportunidades; Cristiano, que intentó colarse por cualquier hueco, apenas lo intentó dos veces.

Los de Zidane pusieron una atención en defensa pocas veces vista en el Bernabéu; incluso Danilo, que esta vez jugó a pierna cambiada para reemplazar a Marcelo, o Isco, que no dejó respirar a Gabi. Pero de nada sirvió. Bastó una distracción para que el Atlético de Madrid se saliera con la suya. Un contragolpe que pescó al Madrid con la banda derecha totalmente descubierta para que Griezmann, que conducía por el centro, hiciera una pared con Filipe Luis para que jalara marca y lo dejara prácticamente solo ante Keylor Navas para poner e 1-0 en el marcador.

Habían transcurrido más de 50 minutos de partido y hasta ese momento, el Real Madrid apenas lo había intentado en un par de ocasiones por conducto de Cristiano Ronaldo. Mientras Griezmann celebraba su primer gol en seis partidos en el campo, en la grada se desató ese grito que llevaba mes y medio contenido por una falsa sensación de seguridad que le había brindado la presencia de Zidane en el área técnica. "¡Florentino dimisión!".

Volvieron también las rechiflas a los jugadores y esta vez no se salvó ni el bienamado Isco, que salió entre silbidos cuando cedió su lugar en el campo a Jesé con 20 minutos por jugarse.

Solo viéndose detrás en el marcador y con una derrota más en un derbi esta campaña, reaccionó el Real Madrid. Y a medias. Algunos intentos tímidos y desviados del canterano Borja Mayoral, que había reemplazado a Benzema al inicio de la segunda mitad, de Cristiano y hasta de Lucas Vázquez, que salió por James. No había manera de sorprender al arquero esloveno y eso cuando la zaga rojiblanca.

La esperanza abandonó a los merengues, que ya no mantenían ni el orden, ni las maneras. Dejaron de correr y de buscar una manera de encarar a Jan Oblak mientras aumentaban la dureza de las entradas disputando balones en zonas donde el Atlético no podía hacer más daño. Los rojiblancos, que ya habían hecho lo que tenían que hacer, sólo tuvieron que mantener el tipo hasta que el árbitro dio el silbatazo final ante una grada inundada en pañuelos blancos pidiendo la cabeza del presidente.