Mucha gente que es fanática de los Dodgers estará contenta de que Don Mattingly estará como manager del conjunto angelino por al menos dos temporadas más después de esta. Muchos otros fanáticos estarán apáticos o enojados al enterarse de eso.

Al igual que varios managers, pero más que la mayoría, Mattingly posee a sus aliados y sus críticos. Sus aliados hablan del respeto que le tienen sus jugadores, un respeto obtenido gracias a una trayectoria prácticamente digna del Salón de la Fama, y su personalidad tan agradable como optimista. Sus críticos cuestionan a sus alineaciones y se molestan con su estrategia durante los juegos.

Don Mattingly Dodgers
Denis Poroy/Getty ImagesExtender el contrato de Don Mattingly era algo tan obvio que sorprende que haya tomado tanto tiempo concretarlo.
Aun si piensas que Mattingly es el mejor manager para llevar a los Dodgers a la cima o que él se interpone en el camino de ese objetivo, una cosa es obvia: Los Dodgers tenían que hacer algo. Era una situación insostenible anteriormente.

Han pasado tres meses desde aquella conferencia de prensa espontanea de Mattingly, durante la cual él se quejó públicamente sobre tener que trabajar sin garantías con contratos a corto plazo. Han pasado dos meses desde que se dió a conocer que Mattingly y los Dodgers estaban negociando una extensión de contrato. Ha pasado un mes desde que los Dodgers básicamente dijeron "no comment" sobre el futuro de Mattingly durante las reuniones invernales, lo que obligó a Mattingly a admitir que no se arrepiente de haber dicho nada de lo que dijo anteriormente.

¿Así que que iban a hacer los Dodgers? ¿Permitir que la historia prosiga durante la temporada regular y tenerla como nube de tormenta sobre la cabeza del equipo como durante los últimos 12 meses con un incendio tras otro? No, lo que los Dodgers lograron al retener a Mattingly a largo plazo fue mantener la atención en lo que sucede dentro del diamante y pasar a concentrarse en cuestiones más importantes, por lo menos financieramente.

Su cúpula dirigencial, compuesta por dueños que parecen dispuestos a darle más poder al presidente Stan Kasten y a su tan experimentado como capaz gerente general Ned Colletti, es estable y exitosa. Su staff de evaluadores de talento es de los mejores de las Grandes Ligas. Cualquier conflicto que haya surgido entre Mattingly y Kasten es presuntamente arreglable, y jamás hubo tensión entre Mattingly y Colletti.

Así que ahora todos ellos se pueden concentrar en lo que será la lista de prioridades de la pretemporada, con el costo incluido de pagar los contratos de Josh Beckett o Carl Crawford o Matt Kemp por apenas un par de meses la temporada que viene y la prioridad primordial de que Clayton Kershaw siga siendo abridor de los Dodgers después del 2014. No hace falta mencionar que esto les costar más que entre los tres y cinco millones de dólares que les costó mantener a Mattingly en su cargo (basado en su sueldo estimado en el 2014).

Así que, de alguna forma, uno podría decir que Mattingly se salió con la suya. Él ganó la pulseada.

¿Pero es eso algo por lo que valga la pena alterarse? Los Dodgers acaban de gastar 28 millones de dólares por Alexander Guerrero, un pelotero que se desempeña en segunda base pero jamás ha disputado una entrada en el béisbol profesional de los Estados Unidos. Si Guerrero no rinde, los Dodgers van a sacar la billetera para buscar a un reemplazante mejor en julio o noviembre, o quizás antes todavía.

Si los Dodgers deciden que Mattingly no va más, ellos pueden despedirlo fácilmente y absorber el resto de su contrato. Es más, si ellos no llegan a clasificar a los playoffs con su presupuesto gigantesco, ¿sería sorprendente si hacen eso? La diferencia clave comparado con el contrato de Guerrero es que Mattingly no afecta al tope salarial. Lo hecho el martes era algo obvio, lo que sorprende es que les haya tomado tanto tiempo concretarlo.

Esta medida no va a acabar con los reclamos de "Despidan a Mattingly" en Twitter. Ni siquiera va a garantizar que no haya rumores en las publicaciones más importantes del país la temporada que viene. Lo que sí se logra con esta medida es que no habrá distracciones durante la pretemporada, y si en verdad quieres tener a un equipo con estirpe de campeón, lo último que necesitas es un circo antes de disputar tu primer juego.

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