Steve Blake
Garrett W. Ellwood/Getty ImagesSteve Blake fue el que mejor trabajo hizo desde la banca para los Lakers el año pasado
LOS ÁNGELES -- No se trata de un menester complicado, pero lo cierto es que la banca de Los Angeles Lakers apuntan maneras este año con respecto a la temporada pasada. Se encuentran en la obligación por lavar su imagen y mostrar su competitividad, algo que hace mucho no sucede.

Atrás quedaron las actuaciones ya legendarias de Robert Horry, Brian Shaw, Rick Fox y Derek Fisher, cuando a base de solidez, efectividad y brillo en momentos clave, se convirtieron en una garantía de retaguardia capaz de contribuir sobremanera a la consecución de los tres anillos que la franquicia logró en 2000, 2001 y 2002. Menos memorables fueron los Luke Walton, Lamar Odom, Jordan Farmar, Sasha Vujacic, Didier Ilunda Mbenga y Shannon Brown en los títulos de 2009 y 2010, aunque con un campeonato bajo el brazo, todos los gatos fueron pardos.

La banca de los Lakers tocó fondo durante la campaña pasada, donde una imagen resumió las carencias que acabaron por apear a los angelinos de los playoffs en la semifinal de la Conferencia Oeste frente a Oklahoma City Thunder. Mike Brown explicaba la jugada de la última posesión a los suyos, restaban cinco segundos y Oklahoma vencía 76-75 en su feudo. James Harden alentaba a la hinchada que presenciaba el dramático Juego 2 de la serie al tiempo en que Metta World Peace habilitó desde la banda a Steve Blake. El reserva se jugó un lanzamiento de tres que nunca entró.

Aquel error condicionó el resto de la serie y Blake no fue capaz de rememorar aquel triple mágico de Brian Shaw ante Portland Trail Blazers en el Juego 7 de la final del Oeste de 2000; o el de Robert Horry en la final de Conferencia que valió la victoria sobre Sacramento Kings en 2002. La banca de los Lakers dejó mucho que desear durante la campaña pasada y es que los 15,6 puntos de media por partido que registraron relegó a la segunda unidad angelina a lograr el peor promedio anotador de una segunda unidad en la liga.

La vuelta de tuerca es un imperativo en la campaña 2012-13. Contar con uno de los equipos titulares más prometedores de la NBA no es suficiente sin garantías de banquillo, algo que podría cambiar este año.

Las adquisiciones de Antawn Jamison y Jodie Meeks podrían darle un giro a la historia como hombres fuertes de segunda unidad capaces de respaldar la labor de Steve Nash, Kobe Bryant, Dwight Howard y Pau Gasol. El primero cuenta con la experiencia de llevar 14 temporadas en la élite del baloncesto estadounidense y haber participado en dos Partidos de las Estrellas. Sus números durante la campaña pasada con Cleveland Cavaliers fueron más que dignos al lograr 17,2 puntos y 6,3 rebotes en 33 minutos de media y demostró que su versatilidad continúa intacta.Aunque ha sido titular durante años, llegó a convertirse en el Mejor Sexto Hombre con Dallas Mavericks en 2004.

Meeks, por su parte, llegó a los 8,1 puntos por cita con un 41 por ciento de efectividad en tiros de campo y 37 por ciento desde la línea de tres puntos. Su presencia en la banca es un lujo si se considera que fue titular indiscutible con Philadelphia 76ers tras completar medio centenar de partidos saliendo de inicio. Jordan Hill (5,4 PPP; 7,3 RPP) también promete en estos Lakers reconstruidos que se desprendieron de Matt Barnes, Josh McRoberts, Troy Murphy y Christian Eyenga para incorporar a los tres citados, más Chris Duhon y Earl Clark como parte del acuerdo a cuatros bandas que acabó con Howard en Los Ángeles.

La clave también estará en los que repiten en la franquicia otro año más. Steve Blake continúa con más tablas en su juego y Devin Ebanks optó por seguir. Ambos deberán mejorar sus números para que la segunda línea tome forma, y es que los 5,2 puntos del primero, con un promedio de 37,7 por ciento en lanzamientos de dos y 33,5 por ciento en triples, además de los cuatro puntos por partido en 16 minutos se antojan insuficientes para que los Lakers sean más competitivos.

Será difícil superar los logros de retaguardia de hace más de una década, pero lo cierto es que la labor del banquillo de los Lakers será fundamental esta campaña. Las premisas están claras: hacer más buenas las actuaciones de los titulares, mostrar solidez cuando más falta haga, dar el do de pecho en momentos decisivos y ser una garantía en labores de titulares si alguna lesión merma a los más habituales.

La empresa se antoja complicada si se guarda en consideración a otros banquillos de lujo como el de Oklahoma City Thunder, Dallas Mavericks, Denver Nuggets, Philadelphia 76ers o Chicago Bulls, aunque lo cierto es que hay materia prima deseosa de demostrar que están a la altura de las circunstancias.