LOS ANGELES -- La frustración hizo mella en los jugadores de Los Angeles Lakers tras la derrota ante Miami Heat. Sus rostros estaban alicaídos, sus tonos de voz pendían de un hilo cercano al silencio y su retirada de las instalaciones del Staples Center reflejó una procesión de cabezas pensantes y miradas al suelo.

El vigente campeón de la NBA había sacado los colores a los aspirantes en su primer enfrentamiento de la temporada y frente a una afición ansiosa de alegrías en un mes de enero para olvidar, en una temporada marcada por desaliento.

Hubo momentos positivos frente a los Heat, como ver a Pau Gasol jugando más cerca de la canasta y compenetrarse bien con Dwight Howard, a Kobe Bryant sacar su arsenal (aunque fuera al final de la cita) o ver Jamison sonreír a base de acierto entre algunas otras píldoras. Se pueden rescatar varias cosas, pero el balance definitivo es que se repitieron otros errores que siguen pegados como lapas al juego lagunero, y sobre todo, que no fueron capaces de vencer a otro hueso duro de roer.

"Es decepcionante", comentó Mike D´Antoni, "creo que jugamos lo suficientemente bien como para ganarles. Obviamente hay que hacer más de lo que LeBron (James) y (Dwayne) Wade hicieron".

Y es que ahí residió el elemento diferenciador, en la figura de ambos jugadores, sobre todo la de James, que marcó la pauta de sus compañeros dejando atónitos a propios y extraños. Su capacidad de agarrar la batuta de todas las maneras posibles hizo mella en los laguneros, que sumaron su séptima derrota en nueve encuentros jugados en enero. Un balance imposible de pasar por alto en un plantel cuyos complejos crecen a base de reveses.

"Es más fácil tratar la situación en el apartado mental que en el físico", comentó Kobe Bryant, que comenzó muy flojo y despertó en el último periodo para soltar todo su arsenal a base de lanzamientos de campo. Su balance previo a ese periodo fue de nueve puntos, finalmente alcanzó los 22.

"Soy muy fuerte mentalmente porque ya pasé por mucho, por eso la mentalidad no es algo que me preocupe, lo verdaderamente importante es el apartado físico. Debería haber sido más agresivo desde el comienzo usando las pantallas, agarrando lanzando más", añadió.

Las pérdidas de balón de los Lakers noquearon al equipo en la primera mitad, cuando ya habían permitido 19 puntos tras 16 pérdidas (20 en total). A pesar de contener a Miami y mostrar una versión ligeramente mejorada antes del descanso, los errores al regalar esféricos ayudaron a que los Heat ganaran enteros.

"Ellos realizaron un gran trabajo gracias a su velocidad y frenando nuestros 'picks and roll'. El resultado fue que cedimos demasiados balones", comentó Bryant.

Steve Nash coincidió con su compañero.

"Estuvimos poco definidos y ellos jugaron con mucha velocidad defensivamente. Intentaron acelerarnos y nosotros no estamos acostumbrados a ello. Estábamos pensando demasiado en lugar de jugar por y nos sacaron ventaja al comienzo del encuentro. Creo que crecimos algo, pero queda mucho por hacer", comentó el armador.

Otro de los jugadores que más afectado quedó tras la derrota fue Dwight Howard. Erró dos tiros libres en los compases finales que podrían haber empatado la cita antes de que Miami definiera el encuentro por una diferencia de nueve puntos.

"Ellos no querían que agarráramos la pelota. Entonces, ¿qué se hace? Te enfrentas, ayudas a la parte de atrás y presionas el balón. Nos lo pusieron difícil para penetrar, pero hicimos un buen trabajo en los 'pick and roll'. Fue una derrota muy dolorosa", confesó el centro.

La labor de Miami Heat en la pintura fue extraordinaria hasta el punto de vapulear a los californianos por una diferencia de 40 puntos (68 a 28).

Tras la derrota, los Lakers siguen teniendo dificultades para imponerse a sus rivales directos, una tarea pendiente esta temporada.