GUADALAJARA -- Esto sin duda es la Fiesta de América, y al final creo que los Juegos Panamericanos cumplen con su razón de ser, en gran medida, gracias a que Estados Unidos potencia económica y deportiva del continente, "ayuda" al resto de los países, guardando a sus grandes estrellas deportivas y compitiendo en esta justa con selecciones B o hasta C.

Jamy Franco
Getty ImagesLa atleta guatemalteca se llevó el oro en marcha
Aún con todo y que los norteamericanos guardan a sus principales figuras para competencias de "mayor relevancia" como preolímpicos, olímpicos, y mundiales de cada disciplina, terminarán como casi siempre, arrasando con los Juegos Panamericanos, pero sin duda, dejan espacios para que países como Brasil, México, Argentina, República Dominicana, Colombia, Guatemala, entre otros, consigan la gloria panamericana y le lleven a sus pueblos, la alegría y el orgullo que en eventos como los Juegos Olímpicos se da a cuenta gotas.

En realidad Estados Unidos no se toma tan en serio los Panamericanos, Scott Blackmun, oficial ejecutivo en jefe del Comité Olímpico de Estados Unidos (USOC), reconoció que sólo para los deportes que otorgan boleto a los Juegos Olímpcos vienen los atletas de élite, de ahí en más, por problemas de calendario, la mayoría de los atletas estadounidenses evitan este evento, considerado por muchos de ellos como un premio de consolación para aquellos deportistas que no alcanzaron los tiempos o las marcas para acceder a mundiales o juegos olímpicos.

Y créanmelo que esto no está mal, al contrario, lo aplaudo y lo agradezco, pues sería sensacional tener en Guadalajara a atletas de la talla de Michael Phelps, Ryan Lochte, y ya ni hablemos de sus estrellas en el basquetbol varonil, en donde ahora vienen con un combinado de la Liga de desarrollo de la NBA, o del baloncesto femenil, que vino con un equipo muy joven de jugadoras provenientes de la NCAA, o en el tenis, beisbol, atletismo, lucha, y un largo etcétera.

Pero gracias a ello le permite a otros países acariciar la gloria, conscientes de sus capacidades y limitaciones, ganar un oro en estos juegos significa acariciar el cielo, bañarse de gloria y convertirse en héroe nacional.

Cuba, Canadá, Brasil, Argentina y México sí se juegan la vida en los Panamericanos, y vienen con lo mejor de lo mejor, y por ello pudimos ver a César Cielo convertirse en el rey de la natación en Guadalajara, o a la Selección de Argentina de baloncesto conseguir un triunfo histórico sobre las norteamericanas, o a los mexicanos venciendo en beisbol a su vecino del norte.

Todo esto no sería posible si Estados Unidos compite con sus mejores atletas, y aún así están arransando en el medallero de Guadalajara 2011, y es que los norteamericanos tienen como rivales y competidores a países en su mayoría del tercer mundo, en donde las economías están a años luz de la estadounidense, por lo tanto no hay punto de comparación entre los programas deportivos de EU y los de América Latina (incluyendo a países emergentes con algún potencial deportivo como Brasil, Argentina y México).

Por eso creo que debemos ver el vaso medio lleno y agradecer que los Estados Unidos le permite al resto de los países del área sumar podios y mitigar con satisfacciones deportivas la problemática económica y social que viven las naciones latinoamericanas.