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Cotto: 'No habrá reconciliación'

NUEVA YORK -- Miguel Cotto y Antonio Margarito no se miraron a los ojos. Por segunda ocasión esta semana no fueron puestos a posar solos, frente a frente, para la tradicional foto con las que se terminan las ceremonias del pesaje para un combate. Incluso ni las manos se estrecharon al momento de despedirse del escenario. Definitivamente no queda duda. Estos peleadores sencillamente no se caen bien y están decididos a salvar parte de sus diferencias sobre el ring este sábado.

En cuanto a salvar una relación de amistad, no esperen ese tipo de reconciliación tras la pelea.

"Él tiene bastantes integrantes en su grupo. Puede estrecharle las manos al que él decida [después de la pelea]. Pero no a Miguel", estableció Cotto, monarca superwelter de la Asociación Mundial de Boxeo minutos después de fijar la báscula en 152 ¼ de libras en una alborotosa y concurrida ceremonia celebrada en The Theatre del Madison Square Garden.

Con una predominante concurrencia de fanáticos puertorriqueños que sin dudas favorecen en el combate a Cotto, el ambiente que se vivió el viernes dejó claro que Margarito saldrá a pelear este sábado en el Madison Square Garden como el peleador desfavorecido de la concurrencia. Palabras como tramposo, sucio y mal hijo fueron solo algunas de las que expresaron los puertorriqueños en las gradas.

Cotto no quiso unirse directamente a ese coro directamente y dijo que ya no tenía nada más que hablarle a Margarito, el primer púgil que le noqueó y derrotó en su carrera, aunque dicho combate quedó manchado con la especulación que el mexicano hubiera subido al ensogado con un vendaje ilegal.

Cuando ESPNDeportesLosAngeles.com le preguntó por qué no miró a Margarito y por qué no se dieron las manos, el isleño señaló con seriedad "para qué hacerlo... mañana vamos a intercambiar golpes. Es lo único que necesitamos intercambiar".

Margarito, quien pesó 152 ½ para el combate pactado para celebrarse en las 153 libras, no ofreció declaraciones tras el pesaje.

Mientras se pesaba, sin embargo, se río a carcajadas tras demostrar que pudo marcar el peso sin problemas. Llevando puestas sus gafas, su sonrisa parecía alimentarse de los improperios que recibía. Éste fue finalmente dejado quieto por los presentes tan pronto Cotto apareció por una esquina del escenario para cumplir con su visita a la báscula.

Así que, por lo visto, todo lo que se iba a hablar ya está hablado. Queda solo por mostrarse lo que estos púgiles dirán con los puños. Y Cotto aseguró el viernes que él está listo para demostrar lo mejor de él.

"Es una de las mejores preparaciones que he hecho en mi carrera", aseguró Cotto, sin presagiar si ganará por nocaut o decisión.

"Vamos a trabajar como tengamos. No importa cómo se decida la pelea, vamos a estar satisfechos", abundó confiado en la victoria.