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Un larga travesía

Kendrys Morales superó muchas circunstancias para llegar a su lugar especial con los Angelinos. Kelvin Kuo/US Presswire

ANAHEIM -- La vida tiene la particularidad de llevarnos por distintos e inesperados caminos y el trayecto de Kendrys Morales no fue la excepción.

El pelotero de los Angelinos de Los Ángeles había abandonado la práctica del deporte pero una tragedia le mostró el camino de vuelta al diamante.

Kendrys Morales

Kendrys Morales

#8 DH
Angelinos de Los Ángeles

ESTADÍSTICAS 2012

  • GM120
  • HR19

  • RBI66

  • R54

  • OBP.327

  • AVG.279

"Dejé el beisbol y no lo quise practicar más, pero volví porque mi padre siempre quería que fuera pelotero", recordó. "Tuve la desgracia que falleció pero siempre, desde que era un niño, él decía que miren a su prospecto [por él], aún cuando todavía yo ni jugaba".

El cubano cuenta que su amor por el beisbol comenzó desde la cuna.

"Sabes que en muchos países lo primero que hace un niño en coger un bate", explicó. "Fui creciendo y a los ocho años empecé a jugar pelota organizada con prácticas y entrenadores".

La fascinación por un jugador en especial lo inspiró.

"Admiraba a un pelotero que estuvo mucho tiempo en el equipo de Cuba que le decían el 'capitán de capitanes'", expresó. "Es Antonio Pacheco, un segunda base".

El ascenso del poderoso primera base fue meteórico y llegó a la selección de su país siendo todavía un adolescente, liderándolos al ganar la Copa del Mundo en el 2003.

Su talento le causó problemas, incluida una suspensión por supuestamente haber tenido contacto con un agente. Luego de que se le prohibiera jugar profesionalmente en la isla, Morales abandonó su tierra natal en junio del 2004, llegando al sur de Florida en su duodécimo intento.

Dicha travesía se tradujo en secuelas por una larga inactividad.

"Me afectó mentalmente porque fue un año y medio sin jugar", apuntó. "No es fácil no encontrar salida y que te pongan obstáculos. Lo que más me costó fue controlar mi peso. Llegué a pesar 252 libras a causa de la ansiedad. Comía muy seguido, mucho y malo".

Cuando le brindaron la oportunidad, el nacido en Formento no tardó en demostrar sus habilidades, haciendo su debut en mayo de 2006 ante los Vigilantes de Texas, yéndose de 5-3 con un jonrón.

Su carrera se dirigía hacia el estrellato hasta un fatídico día de 2010. Tras batear un Grand Slam que finalizó el partido ante los Marineros de Seattle en extra innings, el torpedero se fracturó el tobillo en medio de la celebración.

"Fue muy diferente a lo que me pasó antes", señaló. "Yo sabía que aquí estaba en espera de algo que me había sucedido que no era normal. Lo otro [en Cuba] era por capricho de otra gente".

Complicaciones en la rehabilitación lo mantuvieron marginado más tiempo de lo esperado.

"Nunca perdí las esperanzas y me mantuve fuerte mentalmente", indicó. "Estuve cuatro meses en cama sin poder caminar pero me sometí a dos cirugías y la segunda fue para darle punto final y no tener que operarme más".

Sin embargo Morales contó que el regreso fue mejor de lo anticipado.

"Yo sabía que iba a ser difícil estar tanto tiempo sin un bate en la mano", compartió. "Pero cuando regresé me sentí bien y no sufrí la falta de juego".

Totalmente recuperado, el a veces bateador designado solo quiere mantenerse saludable para que todos comprueben que ha vuelto a ser el de antes.

"Mi meta es terminar la temporada bien para demostrar que estoy bien del tobillo y tengo el 'timing' de vuelta".

Fuera del campo y a pesar del atareado calendario, el cubano se esmera por encontrar tiempo para pasar con su familia.

"Los días los tengo para estar con mis niños y mi esposa", avisó. "Vamos a algún parque para que ellos disfruten porque están toda la semana sin salir".

A pesar de la distancia, Morales no se olvida de su tierra y como buen cubano disfruta de los platillos típicos de la isla, siempre con frijoles y arroz. Sus gustos musicales también lo confirman como latino de cepa.

"Escucho bachata, merengue y salsa", enumeró. "Siempre tuve admiración por Oscar De Léon por su disciplina en la tarima".

Finalmente, el aureolado se sincera al decir que siempre se imaginó como atleta.

"Siempre practiqué otros deportes", concluyó. "Fui bueno en casi todo pero mi mamá también quería que hiciera esto".

Por superar un sinfín de obstáculos y reponerse de la adversidad Kendrys Morales es nuestro Angelino de la Semana.