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Bruce Arena juega a especular

SAN JUAN -- Podrían haber dejado su clasificación casi atada, pero Los Angeles Galaxy no lograron pasar del empate a cero ante Puerto Rico Islanders en un encuentro en el que hubo varios componentes que privaron a los angelinos de los tres puntos.

En primer lugar, en frente tuvieron a un plantel infinitamente más sólido que con el que se toparon hace unas semanas en el Home Depot Center. Los boricuas cambiaron su imagen gracias a la vuelta de jugadores como Jay Needham, Alexis Rivera o David Foley. Alzaron la solidez y la velocidad como bandera y estuvieron muy cerca de poner en apuros a los galácticos.

Ya no fueron aquel equipo que encajó cuatro goles contra un plantel repleto de reservas. Hubo seriedad y el director técnico, Adrian Whitbread, quedó muy satisfecho con sus jugadores a pesar de la eliminación matemática de la Liga de Campeones de la CONCACAF.

"Obviamente estamos decepcionados por no haber podido progresar, pero debemos irnos orgullosos por el hecho de haber sido vencidos 4-0. Estábamos heridos y esta noche lo dimos todo", señaló el entrenador inglés.

La humedad, el calor del ambiente y la pesadez del terreno de juego condicionaron el encuentro sobremanera. Fue en este aspecto donde se notó que Islanders está más curtido en estas condiciones. Las piernas del Galaxy flaquearon en los últimos 20 minutos de juego y los boricuas mostraron todo su potencial a base de verticalidad.

"Creo que nuestros chicos estaban fuera al final del partido. Se pudo ver que ellos estaban más acostumbrados a jugar en estas condiciones que nosotros. Creo que Bruce hizo un buen trabajo sacando a chicos frescos.

Pero no pudo ser". Y de esta manera, Landon Donovan nos acerca al error que verdaderamente condicionó el encuentro: no haber introducido de inicio al propio capitán galáctico y a Marcelo Sarvas o Juninho, uno de los dos.

El primero no saltó a la cancha hasta el minuto 60 de juego, y los brasileros hasta el 66' y el 80' respectivamente. Bruce Arena introdujo un equipo compuesto por reservas, por jugadores con los que no suele contar y que, todo sea dicho, fueron capaces de solventar con creces la papeleta del encuentro de ida. Pero este miércoles, la empresa se antojaba definitoria y requería uno o dos pesos pesados en la zona de creación y definición.

Arena dejó a medio equipo en tierra antes de partir a Puerto Rico. No viajó David Beckham, ni Robbie Keane, ni Omar González, ni Sean Franklin, tampoco lo hizo Mike Magee, ni el arquero titular, Josh Saunders. El técnico demostró que el estar frescos para la cita del sábado frente a Toronto FC era una prioridad en el tramo final de la liga. Buena decisión. Aunque después de haber hecho viajar a Sarvas, Juni y Donovan a la Isla Encantada, bien podrían haber jugado antes.

Los tres marcaron la diferencia durante los diez minutos que estuvieron juntos sobre el pasto. Se crearon opciones y el nivel del equipo creció notablemente. Driblaban, combinaban, encaraban... Su salida de inicio, o simplemente en el descanso, hubiera dado más opción a decantar la balanza del lado angelino.

"Queríamos ganar. Sabíamos que sería un partido diferente al del otro día, hay que darles todo el crédito. Jugaron como si fuera una final de Copa del Mundo. Lo hicieron muy bien defensivamente, crearon varias oportunidades y al final necesitábamos una buena jugada que nunca encontramos", apuntó Donovan.

Arena decidió apostar en ataque por José Villarreal, que últimamente siempre deja una buena imagen, y Edson Buddle, que jugó su primer encuentro desde que su lesión en el menisco de la rodilla derecha a finales de mayo. Al jugador se le notó falto de ritmo y fue la gota que colmó el vaso: Arena no se tomó esta cita en serio. Jugó a especular, como lo hace prediciendo el resultado entre Isidro Metapán e Islanders.

"La próxima semana se decidirá el grupo. Metapán tiene que ganar el partido, si no lo hacen lo tendrán muy difícil para batirnos por la diferencia de goles. Espero que Puerto Rico muestre la cara que mostró hoy. Si lo consiguen se lo harán pasar mal", comentó Arena.

Las especulaciones no son buenas consejeras y hay tantas posibilidades de que las cosas salgan bien para los intereses del Galaxy como que se tuerzan. Ahora sólo queda lanzar la moneda al aire y esperar a ver de qué lado cae.