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La paciencia, nueva arma de Clippers

Los Clippers no pierden intensidad ante la salida de sus titulares Jayne Kamin-Oncea/US Presswire

LOS ÁNGELES -- El domingo se vio una versión de Los Ángeles Clippers ilusionante, ya que de a poco van desarrollando un arma letal que se amolda perfectamente a las ventajas que cuentan sobre sus más inmediatos competidores.

Paciencia.

Durante una primera mitad que fue un dolor de ojos para propios y extraños, los angelinos siguieron empujando, respondiendo una y otra vez en el sector defensivo y atacando de la manera que pide Vinny Del Negro sin quemar el libreto.

En los juegos ante Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers, los Clippers conocieron la adversidad y no la manejaron de la manera correcta. Abusaron de la velocidad de sus bases y esto generó un sinfín de balones perdidos y posesiones ineficientes que acabaron siendo su talón de Aquiles.

Contra los Atlanta Hawks mostraron una renovada fe en sus capacidades, y pese a que los tiros no entraban, nunca parecieron irse del partido. Hubo incontables cambios de liderato y ninguno de los dos parecía capaz de escaparse a más de cinco tantos del rival, por lo que intercambiaban golpes y la duela tenía olor a tiempo extra.

Sin embargo, tal y como se lo hicieron a los Portland Trailblazers, los angelinos se aferraron a su mayor ventaja: la profundidad de su nómina. Estos saben que difícilmente haya un equipo en la NBA que pueda mantener esa cantidad de talento sobre la tarima durante 48 minutos, y lo que se dedicaron a hacer fue seguir el plan al pie de la letra y aprovechar cuando el rival flaqueara.

Ahí apareció la 'segunda unidad'.

Una buena cantidad de entrenadores abren los segundos y cuartos episodios con un equipo con mayoría de suplentes para poder darle un respiro a sus estelares. El problema, para los rivales, es que esos suplentes incluyen a Eric Bledsoe, Ryan Hollins, Matt Barnes, Ronny Turiaf, y sobre todo, Jamal Crawford (además en un rol de asesino a sueldo con luz verde para matar).

Fue así que los halcones aguantaron durante 34 minutos, precisamente hasta un triple de Devin Harris a falta de 2:12 en el tercer parcial. Con eso quedaron a tres unidades, pero el resto del camino fue una paliza local.

De todos modos, lo de Atlanta fue admirable. Impusieron un juego físico, ensuciaron el partido y hasta enmendaron su alineación titular para contrarrestar la diferencia de estatura de DeAndre Jordan y compañía.

Josh Smith hizo daño en su regreso a la posición de alero y requirió un trabajo titánico de Caron Butler para evitar una catástrofe. El alero angelino le generó tres faltas en el tercer periodo y la salida de Smith coincidió con la debacle visitante.

A partir de ahí los Clippers fueron el equipo que están intentando ser, creando ataque desde su defensa. Atlanta se quedó sin piernas y sin resto, y en cuestión de ocho minutos la diferencia de tres puntos se estiró a 24 (89-65) y el partido se murió.

Los californianos sacaron a relucir su poderío en el contragolpe y sencillamente es difícil parar a unos descansados Barnes, Bledsoe y Crawford cuando encaran el aro a máxima velocidad.

GRAN DUELO EN PUERTA

El miércoles recibirán a Miami Heat en lo que será un duelo más que interesante y útil para saber dónde se encuentran en comparación al que quizás sea el mejor equipo de la liga, aún en una nueva temporada.

El último campeón trae el mismo récord (5-2) pero sus dos derrotas fueron por más de 20 puntos, mostrando que también están en etapa de desarrollo y siguen limando asperezas.

Para los angelinos será una buena chance de medirse ante una banca de poderío similar y una alineación titular que probablemente supere el talento de la propia.

El juego en sí no decidirá nada, pues faltan 75 juegos para la postemporada, pero sí puede ser un envión anímico importante y un mensaje al resto de la liga: los Clippers van en serio.