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Beckham sale por la puerta grande

David Beckham recibió un caluroso aplauso por parte del público que asistió a verlo en su última participación con el Galaxy Harry How/Getty Images

CARSON -- David Beckham tuvo el final soñado para cerrar su periplo en Los Angeles Galaxy. Ha llovido mucho desde los primeros años en los que pareció no cumplir con las expectativas tras convertirse en el fichaje más sonado de la MLS a los dos campeonatos logrados en las dos últimas campañas de su carrera.

Los comienzos fueron duros y tardó tiempo en aclimatarse. Hubo corazones que se ganó al instante y otros que tuvo que conquistar con el paso de los meses. Sus cesiones a A.C Milán también le costaron críticas entre la afición y la falta de compromiso pareció ser el argumento que sus enemigos llegaron a esgrimir contra él.

Las desavenencias iniciales tocaron techo con el encontronazo con Landon Donovan, que llegó a decir en una entrevista que Beckham no estaba comprometido con el equipo. El inglés le respondió tildándole de poco profesional y Bruce Arena decidió sentarles en una reunión para solucionar las cosas.

Tras vencer a Houston Dynamo, ambos jugadores comparecieron juntos en la multitudinaria rueda de prensa en lo que fue la última imagen de los dos buques insignia no sólo del equipo californiano, sino de la MLS.

No faltaron los elogios. El propio Beckham aparcó una pregunta para valorar muy positivamente las agallas que tuvo Donovan de dar un paso al frente y ofrecerse a tirar el penal que puso el dos a cero en el marcador.

"Tuvo agallas", comentó Beckham. "No es fácil ofrecerse a tirar un penal después de haber fallado una ocasión clara". El inglés se refirió al lanzamiento errado por Donovan en el minuto 12 de partido, que pudo haber adelantado a los locales.

De esta forma, Beckham ha sido capaz de abandonar la franquicia por la puerta grande. Con su sonrisa de caballero de la nobleza británica y su buena educación.

El jugador fue sustituido en el tiempo extra del partido y recibió un caluroso aplauso por parte de un graderío entregado. "Cuando vi que me cambiaban dije 'por fin'", comentó 'Becks', "estaba muy cansado. Lo cierto es que iba a ser un día especial ganáramos o perdiéramos. En EEUU siempre nos trataron muy bien a mí y a mi familia. Fue un partido muy sentimental", comentó.

Sus compañeros se apuntan al quórum cuando le catalogan de gran persona además de alabar sus dotes como jugador. Incluso Juninho llegó a decir que fue como un padre para él durante los años que compartieron vestuario.

Sin duda, la huella que Beckham dejó tras su paso es alargada no sólo para el fútbol estadounidense, ni para el club, sino también para los aficionados y compañeros. Sus gestos siempre guardan detalles. Son pequeñas cosas que engrandecen la figura de una persona.

Darle la camiseta a una aficionada británica que partido tras partido siempre se colocaba en la zona donde calientan los jugadores del Galaxy antes de las citas; ir con Raúl, el utillero del equipo a ver un partido de la Los Angeles Lakers a pie de cancha; no vacilar ni un instante cuando le piden hacerse retratos con él; o incluso invitar a una pequeña que estaba sentada a su lado a un refresco durante otro juego de los laguneros.

Y así se despide una leyenda de la joven liga estadounidense, un jugador que será recordado por llevar puestas las banderas de EEUU e Inglaterra en sus botas y a modo de capa mientras levantó su segunda Copa MLS ante los vítores de la afición.